La biblioteca de Rafalafena en Castellón presta ya libros electrónicos a los usuarios. En concreto, dispone de 41 dispositivos de lectura de libros electrónicos para la cesión temporal a los usuarios en la sala de audiovisuales.

Para ello, es necesario que el ciudadano cumpla una serie de requisitos, entre los que figuran tener el carnet de adulto de la Red de Lectura Pública.

Tanto el préstamo como la devolución de los e-readers se realiza en el mostrador de la sala de audiovisuales de la instalación.

Es necesario firmar un formulario de consentimiento para recibir el e-reader, que se cede por espacio de 15 días renovables. Y, en caso de retraso en la devolución, se aplica un día de sanción en el uso de los servicios de la red pública. Así, el titular del carnet recibe una carpeta con un libro electrónico con su funda, un cable USB, el cargador de la batería, las instrucciones de uso y el listado de títulos. Tiene la obligación de devolverlo en las mismas condiciones en que se lo llevó.

En caso de pérdida o de desperfecto achacables a un mal uso, el usuario deberá restituir el mismo material o un modelo similar.

El prestatario se compromete a respetar en todo momento la legislación vigente en materia de propiedad intelectual. De hecho, según explicaban fuentes de la biblioteca pública, las obras a las que se puede acceder están libres de derechos de autor. Así, por el momento, pueden leer más de 200 títulos de la literatura clásica y de la biblioteca virtual Cervantes. Obras de autores como Benito Pérez Galdós, Mariano José de Larra, Miguel de Cervantes, Leopoldo Alas Clarín o Vicente Blasco Ibáñez están disponibles a través de los libros electrónicos.

También se pueden acceder a obras de la literatura universal, como Alejandro Dumas, Edgar Alan Poe, Ruyard Kipling, Julio Verne o Honoré de Balzar.

Quizás debido a que se trata de obras clásicas, por ahora, la penetración se está produciendo muy poco a poco entre los lectores. Es muy posible que, más adelante, cuando comiencen a introducirse títulos más actuales, se dispare la demanda de estos dispositivos.

De esta forma, la biblioteca provincial de Castellón se sube al carro de las nuevas tecnologías, en una iniciativa que también se desarrolla en otros centros de la Comunitat Valenciana. H