Los castellonenses han salido hoy a la calle, pese a la constante amenaza de lluvia, para participar en el acto central de las Fiestas de la Magdalena, la Romería de las Cañas, que ha invitado a los asistentes a conmemorar, ataviados con blusón negro y caña en mano, la fundación de Castellón en una peregrinación al Ermitorio de la Magdalena. En este "día grande" de la fiesta, los participantes se han reunido en la Plaza Mayor de la ciudad, tras el volteo de la campana Vicente a las 06.30 horas, para comenzar a las 07.00 horas a recoger las 28.000 cañas que se han repartido en las inmediaciones del Mercado Central. Después de la celebración de la Misa de Romeros, en la concatedral de Santa María, a las 08.00 horas, los miembros de más de 180 asociaciones culturales, de las Gaiatas, vecinos y familias han emprendido el camino hacia la ermita de la Magdalena acompañados por los más de cien carros engalanados que participan en el Concurso de carros, motocultores, tractores automóviles y camiones decorados. Representantes eclesiásticos de la Junta de Fiestas, las reinas de las fiestas, Mª Paz Lázaro y Ana Frías, y las damas de la ciudad, las autoridades políticas, con el alcalde de Castellón, Alberto Fabra, al frente y la Corporación municipal, han encabezado la comitiva. La Romería es el acto conmemorativo más antiguo que se celebra en Castellón, y, en él, se emprende un viaje hasta el Castell Vell, donde hoy se asienta la ermita de la Magdalena, y donde los antiguos pobladores se dirigieron hacia el plano hace más de siete siglos, por el privilegio otorgado por el Rey Jaume I en 1252, para fundar Castellón de la Plana. Desde hace unos diez años, los vecinos del Grao comienzan antes esta Romería, este año más de un millar, y hacen una primera parada en la Ermita de Sant Roc de la Consolació. Los peregrinos han emprendido su camino hacia la ermita de Sant Roc de Canet, construida en el siglo XVII, donde se ha realizado la parada para almorzar la típica "figa y doset" y un bocadillo de tortilla de habas, como marca la tradición. Tras la parada, los peregrinos han continuado hacia el ermitorio de la Magdalena, y, a la llegada de la comitiva oficial al Castell Vell, sobre las 12.40 horas, se ha disparado una "mascletà" a cargo de la Pirotecnia Altura, de Altura (Castellón), y se ha comenzado a repartir el tradicional 'rollo magdalenero'. Entonces, se ha oficiado una misa solemne en la que se cantan los tradicionales "gozos" de rogativas penitenciarias, que han dado paso a la degustación de una paella en la explanada de la Magdalena, al pie de la montaña. Después de comer las propias viandas o una ración de la paella monumental que se ha cocinado para unas 5.000 personas, se inicia la "tornà", que conmemora el viaje que hicieron los primeros moradores de Castellón, ataviados con una caña y un farol para guiarse por el terreno que entonces era pantanoso. Ese farol se materializa en las fiestas actuales en el monumento de la gaiata, que con las luces de sus centenares de bombillas rememoran esos faroles que sirvieron de guía y que llegaron desde el Castell Vell al plano y fundaron la ciudad. Este año se conmemora además el veinte aniversario de la recuperación de "La tornà" de la Romería de les Canyes , que se interrumpió con la llegada en 1931 de la II República. El día concluye con el desfile de Gaiatas, que a partir de la calle Sant Roc, recorre toda la ciudad para mostrar los monumentos de luz que lucharán por conseguir el primer premio de Gaiata 2009.