Las ventas azulejeras a Rusia y Ucrania van a continuar a la baja. Al menos, a corto y medio plazo. El “pesimismo” se está instalando en el conjunto de los fabricantes cerámicos de Castellón a la hora valorar las relaciones comerciales con dos clientes que son fundamentales --el primero sobre todo-- y donde la escalada del clima prebélico que se vive en la zona, junto a otros problemas colaterales, como el veto de la UE, la caída de la cotización del petróleo o la devaluación del rublo, están ralentizando los envíos en el último medio año, impactando directamente en el negocio de las empresas castellonenses.

“No pinta bien”, indica un empresario de Onda, quien admite que ha tenido que compensar la caída de ventas con un esfuerzo comercial mayor en otras áreas, “como EEUU, especialmente, pero también Reino Unido, Alemania o norte de África”.

Ayer mismo llegaban al país Angela Merkel (Alemania) o François Hollande (Francia) para presentar al presidente ruso, Vladimir Putin, un plan de paz que evite una guerra abierta de Rusia con Ucrania (en la práctica, los combates y muertos son diarios).

La pacificación de las relaciones entre ambos países son fundamentales. Rusia es, desde hace ya varios años, el segundo mejor cliente de la cerámica española. De hecho, y a pesar de que entre enero y noviembre ha bajado el valor de los pedidos en un 2,5% (la caída se ha frenado hacia el final del año), la realidad es que compra baldosas por valor de 153,63 millones de €. Por su parte, en Ucrania, el sector se ha dejado por el camino sin facturar “más de 13 millones”, en un mercado que “estaba claramente consolidándose y era importante”.

Por si fuera poco, Ucrania es el principal suministrador de materias primas (arcillas blancas y feldespatos) para el azulejo, que entran por el puerto de Castellón. Solo en el 2013 fueron 752.763 el tráfico de toneladas que se movió entre entradas y salidas, una cifra que, en el 2014, lejos de disminuir, se ha elevado a 970.641 Tm.

Y son estos datos los que ponen de manifiesto que, a pesar de lo delicada que es la situación en la zona, ambos mercados se están comportando con “relativa normalidad”. “Es cierto que se han ralentizado un poco las ventas, que la demanda está a la expectativa, pero aun así, siguen siendo elevadísimas. Confiamos en que se puedan reactivar en breve, si se despeja la pugna política abierta o una vez transcurra Cevisama”, indica el director comercial de una azulejera de Castellón.

De hecho, el presidente de Cevisama, Manuel Rubert, ha dado por hecho que vendrán todos los clientes que ya estaban previstos.

Aun así, los problemas parece que se acumulan. Por si la guerra no es suficiente, Rusia se enfrenta a una pérdida de ingresos espectacular por la caída del Brent, lo que ligado al veto impuesto por la UE y viceversa --las clementinas han sido las perjudicadas-- han derivado en una devaluación del rublo, es decir, ahora el azulejo de Castellón es un 30% más caro. “Estos días serán decisivos”. H