Hay más vehículos en las carreteras y en las calles y eso lo empiezan a notar en las estaciones de servicio. El final del letargo parece que va conquistando poco a poco nuevos planos de la actividad económica en Castellón, aunque aún sea bajo el convencimiento de que, al fin, se ha tocado fondo. Así, al menos, lo estiman los distribuidores de combustible de la provincia que durante el 2014 vieron como los depósitos de los automóviles volvían a demandar más gasolina tras 7 años de continuas caídas.

La demanda de combustibles para la automoción en Castellón volvió a crecer por primera vez desde el 2007. Durante el 2014, el carburante (gasolina 95 y 98 octanos, gasóleos A, B, C y fuelóleos) que llenó los depósitos de los vehículos en la provincia se cifró en 383.176 toneladas, lo que supone un incremento del 5% con respecto al ejercicio anterior, ya que durante 2013 sólo se consumieron 364.985 toneladas.

De esta forma se puso fin a una tendencia a la baja que arrancó hace siete años, coincidiendo con el inicio de la crisis, cuando en la provincia se consumieron casi 615. 000 toneladas de carburante. Un valor que fue cayendo de forma progresiva hasta el año 2013, cuando tocó suelo, según los datos que acaba de publicar la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Esta tendencia supuso casi un 50% menos de consumo con una merma que sólo se ha podido frenar en el 2014.

Las estadísticas oficiales ponen de manifiesto que el gasóleo A fue el combustible más utilizado en la provincia (276.885 toneladas en el último año) y que registró sus mejores cifras en julio, con su mejor índice desde marzo del 2010. La gasolina de 95 octanos vivió su mejor mes en agosto.

MÁS COCHES EN LA CARRETERA // Que se llenen más veces los depósitos hay que achacarlo a dos factores y uno de los más importantes es el mayor movimiento de la economía. La carretera es un buen indicador de la temperatura de una economía. Parece lógico: a más actividad, más vehículos en circulación y, lógicamente, más trabajo para las estaciones de servicio. “Hay un poco más de alegría. Se ha notado un repunte en las ventas, sobre todo, durante el último semestre del año pasado y los primeros meses de este año. Además, basta con ver la N-340 para darse cuenta de que la circulación de camiones ha aumentado”, aseguran en una estación de servicio de Vinaròs.

Pero la mejora económica no es lo único que explica por qué aumenta el consumo de combustible. Durante el pasado otoño se produjo el primer descenso importante del precio del carburante en los últimos años y eso, automáticamente, animó las ventas. “Cuanto más baratos estén los combustibles, más vendemos” coinciden en otras dos gasolineras, esta vez en la capital.

El primer incremento en siete año del consumo de carburantes coincide con una eclosión de nuevas estaciones de servicio en la provincia. Solo durante el último año han abierto ocho nuevas, según datos de la Conselleria de Industria. Y otro apunte más: pese al descalabro del consumo de estos últimos años, la provincia ha sumado 20 nuevas estaciones. ¿Por qué? Por las facilidades que, desde 2013, da el Gobierno para abrir este tipo de negocios. H