El fallo judicial de La Manada ha causado un enorme estruendo político y social en España. Nada más hacerse público el veredicto, mediante el que la Audiencia Provincial de Navarra sentenciaba que los cinco miembros de La Manada cometieron un delito de abuso sexual y no una violación contra una joven en los Sanfermines de 2016 y los condenara a nueve años de prisión, decenas de personas salieron a la calle en Castellón y en prácticamente todas las ciudades del país coreando frases como «Hermana, yo si te creo» o «No es abuso, es violación». El caso ha llenado las redes sociales de historias de mujeres que relatan abusos y que demuestran que los delitos sexuales siguen estando a la orden del día. Y Castellón No es una excepción.

Los últimos datos que maneja el Ministerio del Interior revelan que durante el 2017 se denunciaron en la provincia de Castellón 177 delitos contra la libertad e indemnidad sexual. O lo que es lo mismo: 14 al mes. Casi cuatro a la semana. Uno cada dos días. Y de esos, 15 consistieron en una agresión sexual con penetración.

Pese a que la cifra oficial demuestra que este tipo de infracciones no son aisladas, la realidad es que los delitos contra la libertad sexual van a menos en Castellón. El año pasado disminuyeron un 7,8%, tras pasar de las 192 denuncias del 2016 a las 177. En cambio lo que sí aumentaron fueron las violaciones, que pasaron de 6 a 15, un 150% más. Las estadísticas del Gobierno separan las agresiones sexuales con penetración del resto de delitos sexuales, en los que se enmarcarían otros tipos de abusos, como por ejemplo los tocamientos.

En Castellón fueron 177 los delitos contra la libertad e indemnidad sexual y en la Comunitat Valenciana la cifra ascendió a 1.348, un 0,4% más que un año antes. En el conjunto nacional ascendieron a más de 10.000, de los que 1.382 fueron violaciones.

EN EL CÍRCULO DE LA VÍCTIMA // Beatriz de Mergelina es la presidenta del Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (CAVAS) de la Comunitat Valenciana y, tras más de veinte años de experiencia y de auxilio a personas que han sido objeto de delitos sexuales, asegura que tanto el perfil de la víctima como del agresor es de lo más variado. «Los casos de violadores desconocidos para la víctima son una minoría. La mayoría son agresiones protagonizadas por personas del círculo de la mujer», explica al tiempo que alerta del incremento de los casos en menores de edad. «Los abusos sexuales se dan mucho más en entornos intrafamiliares y suelen empezar en la infancia. También suelen estar implicados profesionales con acceso a menores, como monitores o entrenadores», subraya la responsable de una institución que en sus 24 años de historia ha atendido a más de 2.000 víctimas, a una media de 100 casos nuevos al año.

Un alto porcentaje de los delitos de naturaleza sexual que se comenten en la provincia tienen lugar en la ciudad de Castellón. En concreto, y según los datos de Interior, fueron 50 durante el año pasado un 19% más que en el 2016. El Gobierno analiza también las cifras en otras cuatro localidades de la provincia: en Vila-real se denunciaron 4 delitos sexuales (un 69% menos que un año antes), mientras que en Burriana fueron seis (-66,7%) y en la Vall d’Uixó se elevaron a 10, el doble que un año antes.