En este 2012 se cumplen ya 13 años desde que la ley orgánica que obliga a la protección de todos los listados con datos personales en manos de empresas y entidades públicas, la LOPD, entrara en vigor en 1999. Sin embargo, aunque ha transcurrido ya más de una década, este largo periodo no ha sido suficiente para lograr una implantación generalizada de la normativa en Castellón, ya que la incorporación a su cumplimiento en la provincia se produce todavía a modo de goteo, especialmente en el caso de las firmas de menor tamaño.

En el ámbito público, se camina a mejor ritmo y, por ejemplo, hace pocos días, la Diputación Provincial ha informado que en el último año ha prestado casi 2.700 asistencias a municipios castellonenses, de las que la mayor parte tenían que ver, precisamente, con adaptarse a la LOPD.

Sin embargo, según las últimas cifras de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), son 13.320 las entidades privadas castellonenses, en su mayor parte empresas, las que han registrado los 36.281 ficheros que tiene contabilizados para la provincia.

Aunque en el 2009 eran solo una de cada cinco firmas las que cumplían y, por tanto, la situación ha mejorado, al cierre del 2011 suponían todavía menos de un tercio de las 40.797 empresas que trabajan en este territorio.

razones // Las principales razones de la baja proporción están, en parte, en el desconocimiento que todavía existe sobre el tema y, en parte, porque casi todas ellas deben acudir a un gestor para que tramite la creación de un fichero con los datos que maneja y que debe proteger, lo que implica un coste adicional.

Expertos castellonenses como Ana Barreda, de la consultoría especializada Consulaudit, alertan de que, “salvo las agendas de uso individual, todos los listados con datos personales tienen que estar registrados y, en caso contrario, se corre el riesgo de ser sancionado con fuertes multas que pueden llegar a ser muy altas”, tal y como se informa en esta página.

Para Barreda, “los empresarios van conociendo poco a poco la LOPD pero, en general, lo ven como una obligación y un coste”.

La asesora añade que, además, “la ley es muy compleja y muy amplia, así como difícil de cumplir en todos sus detalles, como cuando señala que hay que guardar los listados de datos con los que se trabaja cada vez que te levantas de la mesa de la oficina”.

Por su parte, Lorena Civera, del despacho de economistas Asseicas Assesors, apunta que aún falta mucho camino por recorrer en Castellón en cuanto al uso correcto de los datos personales.

Civera alerta también de algunas situaciones irregulares que se están produciendo como es la oferta por parte de empresas del servicio de inscripción en el registro de datos de forma gratuita, que a veces no se materializan y que, en todo caso, se lleva a cabo como cursos cuyo coste asume la Fundación Laboral, cuyos recursos son para otros fines. H