Los 10 hectómetros cúbicos de agua de la cuenca del Ebro que el plan hidrológico de esta cuenca ha reservado para el interior norte de la provincia de Castellón podrían llegar a abastecer a “100.000 habitantes”. Así lo aseguró ayer el presidente de la Diputación, Javier Moliner, quien compareció en rueda de prensa junto a todos los diputados del grupo popular en la corporación provincial para explicar un hecho “histórico” y en el que él ha sido una pieza clave de la negociación.

Aunque, lógicamente, esos 10 Hm3 no abastecerán a esas 100.000 personas (en las 16 localidades castellonenses que forman parte de la cuenca del Ebro están censadas 8.008 personas según el último padrón), la importancia de este agua, que siempre ha aportado la provincia a esta cuenca y que nunca ha podido aprovechar, reside en que abrirá “oportunidades de futuro”, en forma de nuevas empresas, explotaciones turísticas, agrícolas o ganaderas, remarcó Moliner.

No en vano, la fábrica más importante de esta zona de la provincia, la de Marie Claire en Vilafranca, ocupa a 700 personas “y consume 1 Hm3 al año”, señaló.

Esto es especialmente importante en una comarca con una densidad de población muy baja, y con una necesidad hídrica histórica. Por ello, el presidente de la Diputación resaltó que “no era una cuestión de solidaridad, sino de justicia”, reclamar ese agua, máxime cuando va a parar a un río “que vierte al mar todos los años 600 Hm3 de agua”.

Para explicar la cantidad de agua que supone la reserva de 10 Hm3, Moliner recordó que es “el doble” del almacenamiento actual del embalse del Regajo (4,6 Hm3), en el Palancia, “superior al de Ulldecona” (9 Hm3) o “más de 5.000 piscinas olímpicas”.

Respecto a las obras para aprovechar el agua, Moliner dijo que, una vez aprobado, el Plan Hidrológico Nacional determinará los tiempos y la forma de invertir los 22,5 millones de dotación. H