La provincia de Castellón atraviesa la peor sequías de los últimos 150 años. Falta que llueva, pero, ¿qué se puede hacer para paliar sus efectos? Los expertos abogan por medidas como hacer mejoras en los embalses, ahorrar y reutilizar el agua o recargar acuíferos.

Así, por ejemplo, el catedrático de Hidrogeología de la UJI, Ignacio Morell, aporta dos vías de solución que se deberían materializar a corto plazo. Urge a las administraciones a que, por un lado, “mejoren la capacidad de los embalses en superficie, sobre todo el de Arenós, uno de los más importantes de la provincia”, que solo permite embalsar al 50% de su capacidad por la falta de unas obras que el Plan de Cuenca del Júcar no prevé a medio plazo.

Y, por otro lado, Morell insiste en implementar en la provincia “la recarga artificial de acuíferos, un sistema poco utilizado pero que puede ser muy útil”. “Se trata de reutilizar agua excedente de las épocas de lluvias o agua residual convenientemente depurada, para introducirla en el subsuelo y recargar los acuíferos, que son una reserva estratégica para los periodos de sequía como el actual”. Por ahora, explica Morell, un equipo formado por miembros de la UJI y del Instituto Geológico y Minero de España está llevando a cabo ensayos en la zona de la Rambleta de la Vall d’Uixó que están dando buenos resultados. Lo hacen inyectando agua a través de pozos, aunque también se podría aplicar otra técnica que consiste en filtrar agua al subsuelo a través de balsas no impermeabilizadas.

AGRICULTORES // Por su parte, Ramón Mampel, secretario general de la Unió de Llauradors, reconoce que se tendrían que mejorar las infraestructuras, pero matiza para que los embalses y los pozos se llenen hace falta que llueva.

Otra solución, dice, es reutilizar para riego el agua de las depuradoras previamente tratada, pero esto supone un desembolso que los agricultores no pueden pagar y duda que la Administración asuma en tiempos de crisis.

A su vez, el catedrático de la UJI, José Quereda, considera que “básicamente el sistema hidráulico está bien planteado; otra cosa sería su mantenimiento”, y aboga por “racionalizar y reutilizar”.

Por otra parte, Morell advierte de que la sequía obliga a exprimir cada vez más los acuíferos, y avisa que la sobreexplotación de los mismos, en especial de los costeros, conlleva su salinización. “La falta de lluvias está reduciendo el principal mecanismo de recarga de acuíferos, así como la principal fuente que alimenta las aguas superficiales”, apunta. Lo verifica que los ocho embalses de la provincia están al 43%. H