Las peñas del Grao testimoniaron, un año más, su veneración a Sant Pere. Fue en la ya clásica ofrenda de flores, en un pasacalle que inundó de colorido la calurosa mañana en el distrito marítimo.

Al ritmo de la música de la Unión Musical del Grao, que interpretó las piezas Evocación, El Grau en festes, Festes al Grau y Armando Serra, los participantes en la ofrenda recorrieron el trayecto que separa la tenencia de alcaldía de la iglesia parroquial. En el cortejo figuraba el teniente de alcalde del Grao, Rafael Simó, y el concejal Vicente Guillamón.

La ofrenda dio paso a la misa mayor concelebrada por el párroco, Albert Arrufat; el vicario, José María Marín; y los sacerdotes, Salvador Prades, Paco Martí y Juan Bautista Miralles.

Mosén Prades, en la homilía, habló de la importancia de los santos Pedro, “piedra de la Iglesia”, y Pablo, “apóstol de los gentiles”. Y se refirió al primer Papa como ejemplo del “duro camino de la conversión”. “Pese a las dudas e, incluso, su negación, Pedro apostó por seguir a Jesús”.

Música también en el día grande de Sant Pere, con un concierto extraordinario de la Banda Muncipal, dirigida por José Vicente Ramón, que interpretó una selección de pasodobles.

Por su parte, la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, manifestó ayer su intención de “apoyar las fiestas tradicionales de nuestra ciudad para aumentar su proyección, atraer a un mayor número de turistas e incrementar su impacto económico, contribuyendo también a la generación de empleo”. Amparo Marco mostró su satisfacción por el desarrollo de las fiestas de Sant Pere y “por la elevada partición de vecinos en las mismas”, haciendo hincapié en “poner en valor nuestras fiestas y nuestras tradiciones, para darlas a conocer al mayor número posible de personas”. H