La caída de la actividad por la crisis económica y el mayor esfuerzo inversor en prevención durante la época de bonanza son factores que han contribuido a reducir en un 50% la siniestralidad laboral en la provincia de Castellón desde el año 2004, según el dato proporcionado por Salvador Granero, del sindicato CCOO.

Sin embargo, los 4.711 accidentes en jornada de trabajo que se registraron en este territorio en los doce meses comprendidos entre septiembre del 2012 y agosto del año anterior, según las últimas estadísticas del Invassat, el servicio de prevención autonómico, tienen todavía el elevado coste de unos 116 millones de euros.

El dato se desprende del estudio realizado por Mutua Universal, cuyo análisis sitúa el impacto económico medio de cada accidente laboral con baja en 24.592 euros, un coste gravoso para las empresas, que se incluye tanto la producción que deja de realizar la persona que sufre el siniestro, como la parte salarial y de cotizaciones que corresponde a la firma cuando hay una baja.

menos prevención // A la hora de analizar la situación castellonense, el gerente de Consecas, firma provincial especializada en la materia, y tesorero de la asociación que agrupa al sector en Castellón, Valencia y Alicante, David Palau, explica que en estos momentos, el nivel de prevención “no es el óptimo” en las empresas. Indica que “ha bajado por la crisis” y “no solo en términos absolutos” porque hay que descontar la destrucción del tejido empresarial que se ha producido por la misma razón.

Añade que muchas firmas de Castellón, “al tener menos tesorería, dedica también menos recursos a la prevención de riesgos”, de modo que, “tras llegar hace cuatro años a una situación óptima, ahora se ha reducido el control”.

David Palau entiende que dos son las causas básicas de esta evolución. Por un lado, habla de la “falta de liquidez” y de que “el dinero que tienen las empresas lo destinan a sobrevivir”.

Por otro, “la prevención siempre se ha visto como un coste no productivo y los resultados de invertir en este capítulo solo se ven en el largo plazo, o cuando ocurre un accidente y se comprueba el coste que tiene”.

El experto añade que, en estos momentos, además, la Inspección de Trabajo está centrada en la detección de actividades de economía irregular y “hay menos recursos para destinarlos al control de las medidas de prevención”.

Otro aspecto sobre el que llama la atención es aquel por el que las empresas que subcontratan con las compañías más grandes, como BP o Porcelanosa, que obligan a quienes trabajan para ellos a cumplir con las medidas preventivas “las aplican, pero se limitan a hacer lo mínimo, ya que la situación económica convierte en algo muy difícil dedicar más dinero a este campo”. H