Los recortes en la ley de dependencia están afectando ya de pleno a los cuidadores familiares (generalmente mujeres) de las personas enfermas o discapacitadas. Estas cuidadoras recibían hasta septiembre una ayuda económica de unos 400 euros al mes por atender a sus familiares dependientes o discapacitados y, además, el Gobierno se encargaba de cotizar por ellas a la Seguridad Social. Pero eso ha pasado a la historia. Las ayudas se han reducido un 15% y la cotización corre a cargo del trabajador. Las consecuencias no se han hecho esperar: en poco más de un mes la mitad de estas mujeres se ha esfumado de la Seguridad Social.

En septiembre de este año, el Gobierno contabilizaba en Castellón 1.503 cuidadoras profesionales. A finales de noviembre, una vez se dejó de cotizar por ellas, la cifra es de 785, es decir, un 52% menos. O dicho de otra manera: 718 han pasado a engrosar la cifra de parados. A nivel nacional, en apenas un mes, la Seguridad Social ha perdido 84.000 cuidadores de dependientes.

La atención de un cuidador no profesional es la prestación que tienen asignada más del 40% de los dependientes de Castellón. Su valor reside en que se trata de una persona cercana al dependiente y, generalmente, suele ser una mujer de la misma familia que ocupa gran parte de su tiempo en atender las necesidades básicas del dependiente. Convivir en el mismo domicilio que el beneficiario es requisito indispensable para poder acogerse.

Al Estado, cada cuidador le supone un coste de entre 68 y 120 euros al mes, dependiendo del grado de dependencia de la persona a la que asisten. En todo el país, han supuesto un gasto de 1.047 millones a las arcas públicas desde el 2007, año en el que entró en vigor la normativa.

UN GOLPE MÁS // Las organizaciones que representan a los dependientes y los sindicatos ya advirtieron que dejar de cotizar por los cuidadores supondría otro golpe mortal a la ley de dependencia. “Suprimir la financiación del convenio especial con la Seguridad Social que tiene solo un afán de ahorro a cualquier precio, supone la desprotección de las mujeres cuidadoras que son el eslabón más débil justo cuando lamentablemente más mujeres se verán obligadas a desempeñar este papel cuidador por la falta de servicios y el encarecimiento de los mismos que ha supuesto la reforma del sistema y los recortes presupuestarios llevados a cabo por el Gobierno”, critica Rosana Costa, de CCOO. H