Los grupos políticos que forman la corporación municipal en el Ayuntamiento de Castellón coinciden en señalar a una rebaja del impuesto de bienes inmuebles (IBI) como prioridad a introducir en la próxima reforma fiscal que llevará a cabo el equipo de gobierno, de aplicación en el ejercicio 2017. Así se reflejó en las propuestas que sus representantes remitieron el ejecutivo local, en un encuentro a cinco que tuvo lugar en la mañana de ayer.

Ahora, según el concejal de Gestión Municipal, Antonio Lorenzo, “se abre una fase de estudio en la que los técnicos estudiarán si las propuestas presentadas son legalmente viables y se evaluará el impacto fiscal de las medidas trasladadas por los diferentes grupos políticos”. La intención es “contribuir a definir una tributación socialmente más justa, incorporando criterios de progresividad y que garantice la suficiencia financiera para desarrollar el programa de cambio del gobierno municipal”.

Una propuesta que, sin embargo, no ha contado en su fase de elaboración con la presencia de representantes socialistas en las negociaciones con el socio de gobierno, Castelló en Moviment. Y es que el grupo asambleario y Compromís elevaron ayer una “propuesta conjunta” --ver en el recuadro a la derecha-- que remitirán “en una próxima reunión” al PSPV, único partido que no dio a conocer ayer su propuesta de reforma de las ordenanzas fiscales.

Mientras tanto, y pese a las críticas del socio de gobierno por abrir este proceso a todos los grupos, Lorenzo defiende “la voluntad de establecer un proceso de diálogo con el resto de fuerzas políticas para lograr el consenso más amplio posible en materia fiscal”. Tanto Lorenzo como el vicealcalde, Enric Nomdedéu, apuntaron que después de analizar las propuestas, se volverá a convocar la mesa de trabajo.

más tasas // Entre la fiscalidad a revisar se encuentran, además del IBI, el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO), el de actividades económicas, las tasas de ocupación de vía pública. Fue precisamente esta reforma la que, a finales del año pasado, provocó la primera gran crisis entre el bipartito y Castelló en Moviment, después de que el grupo asambleario tumbara la propuesta en el pleno. H