Champions League. Palabras mayores. La competición que paraliza el planeta. El torneo que deshumaniza a los mejores jugadores para convertirlos en dioses o extraterrestres. Ellos protagonizan la parte visible de un espectáculo que se hace realidad gracias a un equipazo de 580 profesionales que trabajan en la UEFA totalmente ajenos a las cámaras y los flashes. Y entre ellos, más los autónomos que colaboran en los 55 países incluidos en el campeonato, figura un almazorense. Santiago Solsona Blasco, para más señas. En su currículum figuran ocho finales consecutivas de la Champions, tres de la Europa League y cuatro de la Supercopa europea.

«Todo empezó en la temporada 2005/06, cuando el Villarreal eliminó al Everton y se clasificó para la fase de grupos de la Champions», recuerda. Santi colaboraba con el departamento de márketing del Submarino y comenzó a conocer al personal de la UEFA y a trabajar con mayor asiduidad con ellos (partidos europeos del Villarreal, Valencia, Levante…), hasta que en el 2010 lo convocaron para su primera final. «En el Bernabéu, en el Inter-Bayern de Múnich que ganó el equipo de Mourinho (2-0)», rememora.

Su progresión fue a más y en el 2012 la UEFA le ofreció trasladarse a su sede en Suiza para lanzar una nueva competición, la Youth League, de la cual es responsable, «además del benchmarking de la Champions y de la Europa League», explica. Y residiendo en Lausanne, a 42 kilómetros de la sede central de la UEFA en Nyón, lleva Santi ya los últimos cinco años.

Su trabajo, a pie de campo

Su misión en las finales consiste en que «todos los elementos deportivos y de la competición prevalezcan y se respeten, coordinándolo con TV, ceremonias…».

Su posición es «a pie de campo, entre los dos banquillos, detrás del cuarto árbitro», concreta. En el bagaje de todos estos años aparecen una interminable lista de anécdotas, además de nuevas amistades. «Sergio Ramos se está acostumbrando a tener que hablar conmigo antes de recoger el trofeo», bromea el almazorense, en alusión a los tres títulos seguidos del Madrid. Y es que a él le toca tratar con los contactos principales de los clubs, «el staff técnico y los capitanes», puntualiza. Un trabajo que empieza meses antes. «Una final lleva mucho trabajo y coordinación entre UEFA, la ciudad elegida, aeropuerto, equipos... Durante las semanas previas de UEFA somos alrededor de 180 trabajadores», detalla.

Disfruta con su trabajo, aunque echa de menos la paella de los domingos en familia y los partidos en el campo del «Villarreal, Castellón y Almazora», admite, aunque siempre que las emisiones lo permiten los sigue en «la web de Mediterráneo».