Los alumnos de Secundaria del colegio Grans i Menuts de Castellón han lanzado un proyecto de trabajo en el que los estudiantes han tenido la oportunidad de acercarse a la vida de los refugiados.Ansiosos por profundizar en este tema tan dramático y tan cercano y lejano al mismo tiempo, los jóvenes han contado con la visita de Omar Alshakal, refugiado y voluntario activo en la isla griega de Lesbos con una oenegé, quien, acompañado por la periodista y enfermera María Jesús Albadalejo, contó su asombrosa historia de supervivencia para tratar de transmitir el terror que padecen muchos compatriotas sirios.

Y es que para llegar hasta Lesbos, Omar tuvo que nadar durante 14 horas para huir de su tierra. Un superhéroe convertido a la fuerza con la única motivación de escapar de la guerra. Esa es la carta de presentación de este sirio, que a los 16 años tuvo que tomar la difícil decisión de dejar atrás su hogar para luchar por unos sueños y unas ilusiones que habían sido truncadas por la fatídica guerra que asola su país.

Perplejos ante la historia del singular invitado que tenían delante, los alumnos escuchaban atentamente los detalles de la angustiosa travesía que tuvo que afrontar Omar junto a otros dos amigos. «Todo el viaje fue extremadamente difícil, agotador y peligroso. Nadie nos ayudó, nos encontramos totalmente solos. Decidí dejar mi país, porque para nosotros, en Siria, la guerra es un asunto de todos los días».

Tras escuchar la titánica odisea del joven sirio, los estudiantes del Grans i Menuts, conmovidos por la causa, no dudaron en iniciar una colaboración con la oenegé sueca de la que es voluntario Omar --Lighthouse Relief-- con la recogida de ropa y zapatos para enviar a Lesbos y aportar su particular granito de arena a estas miles de personas que tienen como hogar «una gran cárcel» donde han perdido toda esperanza de disfrutar de una vida sin violencia.

«Lo único que queremos es escapar de la guerra. Queremos permanecer aquí porque estar en casa es demasiado peligroso. Cuando esto acabe, lo que todos queremos es volver a nuestra tierra», explicaba Omar, esperanzado.

A su vez, la periodista María Jesús Albadalejo señalaba el gran problema del que adolece Occidente. «Muchos ciudadanos ignoramos lo que está sucediendo a dos horas de vuelo de nuestros hogares. Es urgente romper no solo las barreras administrativas, también aquellas que, por desconocimiento, se crean entre personas que son iguales, pero que han nacido en lugares diferentes», argumentaba la enfermera.

Después de insistir en cómo podían ayudar, los alumnos del Grans i Menuts llegaron a la conclusión que, desde su pequeño papel dentro de esta sociedad, su función reside en frenar todos los falsos rumores existentes en torno a la llegada de refugiados a nuestro país: «No vienen a quitarnos el trabajo ni a aprovecharse de nuestra sanidad».

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