Alba sueña con el momento en el que pueda sentarse al volante de su coche para ir al trabajo o desplazarse con autonomía por el lugar en el que vive. No está preparándose para obtener el carnet de conducir, esa prueba la superó hace tiempo. Esta joven de la Vall d’Uixó vive en Arabia Saudí, un país en el que hasta hace dos días la conducción estaba prohibida por ley para las mujeres, así como ocupar el asiento de copiloto.

Es consciente de que asiste a un momento histórico, el de la leve apertura de un lugar muy rico en lo material, pero pobre en libertades, cuyos avances atribuye a «esas mujeres saudís que han estudiado en EEUU, Canadá o Alemania y han vuelto para hacer de su tierra un mundo mejor», destaca.

Alba Diago desembarcó en el año 2016, con la completa oposición de su madre y la preocupación de su padre, que con el tiempo han tenido que asumir no solo la lejanía, sino el hecho de que su hija esté en un país en el que, con las leyes divinas y humanas en la mano, es menos que un hombre.

«Aquí mucha gente vive para trabajar, con contratos de 48 horas semanales», aunque lo más duro, a su parecer, no son las jornadas laborales maratonianas, sino cuando estas se acaban. «De casa al trabajo y del trabajo a casa, te sientes afortunada si un día puedes salir a cenar», aunque nunca sola.

No niega las complicaciones de un régimen represivo como el saudí, pero asegura que si no estás allí, «es imposible entender cómo es su vida». Aun así, a día de hoy sigue sin acostumbrarse a que a la hora del rezo cierren los establecimientos «y si te pilla dentro de un centro comercial, te quedas encerrada hasta que acaban, aunque es mucho mejor que estar en la calle con 45SDgr». Tampoco asimila que una mujer pueda ser encarcelada por conducir. Un amigo del trabajo cuenta con un autorización policial expresa que le permite llevar en el coche a sus compañeras.

Contrato de seis meses

Reside «en una de las mejores ciudades, Dammam/Khobar, donde hay «muchos expatriados españoles, ingleses, italianos, americanos...». Es enfermera. Llegó con un contrato de seis meses que ha alargado porque cree que es una experiencia «irrepetible», aunque su estancia caduca el próximo noviembre.

Reconforta escuchar a una joven de 29 años, posiblemente la primera castellonense que conducirá en Arabia Saudí, afirmar que su «mejor decisión fue elegir la carrera de Enfermería», hacerse enfermera y «aceptar un puesto de trabajo como integration nurse de distintas clínicas de Arabia Saudí».