Cinco días separan las celebraciones de San Juan y de San Pedro; un breve periodo que une a dos grandes santos cuya popularidad es difícil de superar. Las fiestas de Sant Pere del Grao, patrón del barrio marinero, comenzaron ya, aunque la celebración central tendrá lugar pasado mañana, día oficial del calendario litúrgico, con actos religiosos y otros populares que la tradición se encarga de conservar y preservar. Es entonces cuando cantan los gallos.

El Grao presenta en su programa festivo actos tan típicos como la cabalgata, la procesión marítima, la ofrenda, la torrà de la sardina, bous, música y paellas, con el toque singular de una larga tradición de inconfundible identidad. Y es que la tradición no se improvisa, sino, como decía André Malraux, se conquista: con ella y con el progreso se forja el pueblo.

De San Pedro se ha escrito mucho: anécdotas, leyendas, refranes. Se dice que es el portero del Cielo, abogado de los casados en segundas nupcias, protector de las abejas, caminantes, patrón de los pescadores, salvador en naufragios y terremotos… Su relación con San Pablo es conocida; ambos, según Amades, estuvieron cerca de nuestra tierra, en Tortosa, pero no llegaron aquí, salvo la leyenda de la estancia de San Pablo en Albocàsser.

Deseamos que, en el Grau, se cumpla de nuevo el refrán marinero: Entre sant Joan i sant Pere/la millor pesquera.

*Profesor