Inquietud y preocupación entre los recolectores de trufa de la provincia. Y es que este apreciado hongo corre serio peligro, según denuncian distintos colectivos, tras verse afectado por el temporal de lluvia, nieve y viento, que ha destrozado cientos de árboles en el interior de Castellón, tal y como viene contando Mediterráneo.

Las nevadas han impedido a los truficultores salir en su busca durante los últimos 15 días, paralizando la campaña en puntos como el Alto Palancia, Els Ports o el Alt Maestrat.

Y es que las intensas nevadas registradas a finales del mes de enero han dejado más de un metro de nieve en municipios como Vilafranca, Forcall, El Toro, Vistabella, Castellfort o Ares, entre otros muchos de la geografía provincial, provocando, además, graves problemas de incomunicación en masías y falta de suministro eléctrico.

A los recolectores de la provincia no solo les preocupa lo que queda de la presente temporada (hasta el 15 de marzo aproximadamente), sino también las futuras campañas de una de las joyas culinarias de la provincia, que es uno de los principales productores de trufa negra en España.

«Hemos perdido dos semanas de trabajo y tenemos miedo de que la trufa se ponga blanda y se pudra debido a la humedad. Si eso ocurre, sería muy dificil comercializarla», advierten los truficultores de El Toro, una localidad muy castigada por la nieve.

Lo que preocupa más a los vecinos del Alto Palancia son los daños registrados en los árboles y es que su mal estado puede poner, según revelan los expertos, en riesgo las próximas dos o tres temporadas de trufa negra en la zona.

«Tenemos lugares encharcados y hay muchas ramas partidas. No sabemos si las carrascas y robles podrán aguantar. Yo me dedico a esto, vivo todo el invierno de la trufa y estoy rezando para que la situación puede revertirse. Hay quien dice aquello de año de nieves, año de bienes, pero tememos que sea todo lo contrario», ha explicado a este periódico el recolector Rubén O.T.

nbalaguer@epmediterraneo.com