El Atlético recuperó sensaciones después del descalabro de Valencia. Y lo hizo en su línea, aprevechando el juego aéreo para resolver un compromiso complicado ante el Espanyol, que llegaba sobre aviso al Vicente Calderón, pero no encontró la manera de evitar salir trasquilado.

Los rojiblancos, a falta de fluidez y continuidad en sus acciones, volvieron a tener soluciones a balón parado para acabar con la racha positiva del equipo blanquiazul. Después de cuatro partidos sin perder y tres sin encajar un gol, los periquitos cayeron ante el cuadro de Simeone, que con la cabeza de Tiago en segunda jugada tras un córner sorteó los graves problemas en que andaba metido. El tanto del portugués a dos minutos del descanso supuso un frenazo irremediable para las aspiraciones blanquiazules, que pasaban por la solvencia de su trabajo defensivo y la posibilidad de sorprender a los colchoneros en alguna de sus salidas. En otro saque de esquina, Mario Suárez sentenció en el segundo tiempo.

Los jugadores de Sergio González pudieron haber impuesto un guión diferente si Lucas Vázquez hubiese acertado antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora. La tuvo el extremo, pero Moyà sacó su remate cercano tras una jugada de Sergio García. H