El Barcelona puede soñar con fundamento de cara al compromiso del miércoles contra el PSG, al haber superado con nota los dos partidos previos, con dos goleadas, especialmente reseñable la de ayer ante el Celta, después de que el equipo gallego se haya erigido en los últimos años en una piedra en el camino de los culés.

Si al Sporting el Barça le goleó 6-1 el miércoles, los de Luis Enrique volvieron a repetir contra el Celta un resultado abultado, que ya les valdría para superar al PSG, que en la ida de los octavos de Champions venció por 4-0.

Al Barça le salió una primera parte redonda, quizá una de las mejores desde hace meses, en la que estuvo a unas revoluciones muy por encima de un Celta que se vio desbordado por el 3-4-3 azulgrana y que poca cosa supo hacer ante el poblado centro del campo barcelonista. Messi, cómo no, inauguró el marcador en una jugada individual. El argentino se revolvió de la marca de Cabral, y en la aproximación al área superó a Sergi Gómez, y quedando con un disparo franco en la frontal, colocó el balón al fondo de la mallas. El Barcelona siguió enchufado ante un Celta que parecía dimitido y que había reculado ante lo que se le venía encima. Después de que Rafinha sacase de sus casillas a Suárez y a Messi, en una acción en que se reclamaban el balón, nuevamente Messi, en el 42, recogió de Rakitic y metió un balón letal en diagonal dentro del área al que Neymar respondió con un sutil toque para poner el segundo tanto de la noche.

¡SÍ SE PUEDE! // En la segunda parte, el Barça no dejó de asediar al equipo de Eduardo Berizzo, al que terminó goleando. El tercerode los del Camp Nou llegó en un nuevo ataque de la delantera azulgrana, cuando Messi metió un balón interior y tras un rechace cayó en los pies de Rakitic, que remató pese a encontrarse en fuera de juego.

Con el partido ya descontrolado para el Celta y en efervescencia para los azulgrana, Messi recogió un balón dentro del área y envió al centro a la pequeña donde Umtiti se estrenó como goleador del Barça, poniendo el cuarto tanto en el luminoso. Poco después, en un contragolpe, Messi marcó el quinto del Barça en el 65, en una acción también muy característica del argentino. Mientras, en la grada, el sector más joven se unía al momento de entusiasmo que vivía en Camp Nou con gritos a favor de Luis Enrique, después de que el miércoles anunciase que no renovaría, y con un ¡Sí se puede!, pensando en el PSG.