Apunten esta fecha: 6 de noviembre del 2014. Ese día el conjunto de Marcelino sumó la última derrota de este año que está a punto de acabar. Desde entonces, ha pasado mes y medio en el que el Villarreal ha convertido la minicrisis de tres derrotas consecutivas frente al Sevilla, Valencia y Zúrich, en un final de año espectacular en el que el Submarino ha ido estableciendo los mejores registros desde que el técnico asturiano consiguiera devolver al Villarreal a la máxima categoría.

La de ayer ante el Deportivo supuso la séptima victoria consecutiva de los de Marcelino, una racha que se inició en Córdoba (0-2) y que continuó con triunfos tan significativos como el que supuso el pase de los amarillos a los dieciseisavos de la Europa League en Nicosia o el de la anterior jornada de Liga en el Vicente Calderón, que propició la única derrota liguera del Atlético en su estadio en este 2014.

El dato cobra más lustre si se adorna con los 10 encuentros seguidos que acumula el equipo sin perder --desde la citada visita al Letzigrund de Zúrich-- y el hecho de que el Submarino iniciará el 2015 con opciones en todos los frentes que tiene abiertos: en plaza europea (5º y a un punto de zona Champions) en el torneo doméstico, en los octavos de la Copa --que se retomará el 7 de enero ante la Real-- y en dieciseisavos de final de la Europa League, donde espera en febrero el Salzburgo.

La recuperada seguridad defensiva ha tenido mucho que ver con todos estos récords. El cero en el marcador de ayer se une a los que Asenjo celebró ante la Real Sociedad (4-0), Apollon (0-2) y Atlético (0-1) y Juan Carlos, en la Copa, frente al Cádiz (3-0). H