El presidente del Segorbe no tira la toalla pese a que su equipo es colista destacado en el Grupo VI de Tercera con 12 puntos sumados en 28 jornadas. La última victoria contra el Borriol demuestra que «hasta el rabo todo es toro». «No vamos a bajar los brazos», avisa. Sin embargo, Paco Fortea no puede marcar ni evitar goles desde el palco. Su cometido es dirigir al club desde las oficinas y no esconde su descontento: «Me he arrepentido mucho de aceptar este reto. Hemos pagado la novatada. Mi familia me dijo que no entrara, pero he sufrido cosas que no me caben en la cabeza».

A la hora de señalar un chivo expiatorio de la mala temporada, el máximo dirigente del equipo del Palancia se queda con el primer entrenador del equipo, Dani García: «Contamos con él porque en teoría tenía experiencia en la categoría, pero nos equivocamos. Trajo a los jugadores con los que descendió en el Acero... y así le fue. Ahora de todos esos ya solo queda uno. Es una mala persona que se ha portado mal con el club». Así expone Fortea sus argumentos: «Estuvo dos meses, que se le pagaron, pero ahora nos pide 20.000 euros más y hace que el club corra riesgo de liquidación. Se le firmó por ignorancia y se ha visto que es gente que vive de pillar a pardillos como nosotros».

A CONTRACORRIENTE // Más allá del daño que, bajo el punto de vista del presidente del Segorbe, ha hecho este primer técnico, no esconde que la temporada está resultando «decepcionante» por otros motivos: «Llegamos el 1 de julio y ni siquiera sabíamos si íbamos a jugar en Tercera o en Preferente. No teníamos jugadores y así nos ha ido», añade Fortea.

Capítulo especial merecen las críticas que este directivo vierte sobre el colectivo arbitral, que, considera, está perjudicando gravemente a los suyos: «Como hace tiempo que parece que estemos descendidos, en casa llevamos cuatro arbitrajes desastrosos».

El presidente lamenta la actitud que están teniendo los colegiados: «El último árbitro nos dijo que si no metía el coche en el campo, no pitaba. Le dijimos que es una instalación municipal y nos exigió que alguien del club le vigilara su vehículo durante el partido. No es normal porque a los árbitros les pagan los clubs, pero nos están amargando y no tienen derecho a quejarse».