“Moyano, me he dejado las medias...”, “Moyano, falta agua...”, “Moyano, ¿me das una camiseta para calentar?”, “Moyano, los balones...?”, “Pídele a Moyano los petos...”, “¿Las fichas? Las tendrá Moyano...”, “¡Moyano, me he olvidado la equipación...!”. Estas y muchas otras frases son las que se viven diariamente en la Ciudad Deportiva de Vinaròs.

Cuando hay un problema, él lo soluciona; cuando falta algo de material, él lo repone; si hay que lavar la ropa... se ofrece. Ante la duda, no hay duda: Moyano.

Se trata de Francisco Moyano Merchán (15-02-1950, Cazalla de la Sierra), un vinarocense nacido en Sevilla que llegó a los 14 años a la ciudad langostinera y lleva allí toda su vida. Apasionado del fútbol, “aunque como jugador fui discreto”, comenta. Moyano, como así le llaman todos, lleva más de dos décadas vinculado al club del que es socio desde siempre, el Vinaròs CF.

Todo comenzó por afición. “Siempre estaba en el fútbol, viendo partidos y sobre todo los juveniles. Y un directivo me dijo en su día, ¿porque no estás con nosotros? Y entre pitos y flautas ya llevo casi 20 años”, explica.

Este hombre de club, que ahora es el encargado del material del Vinaròs CF y del primer equipo, ha desempeñado muchas funciones, en especial “la de delegado y utillero del juvenil”. “Siempre he estado muy vinculado a los juveniles, no sé por qué. Incluso ahora que estoy en el primer equipo, también voy a echarles una mano”, comenta.

En diferentes etapas ha formado parte de la junta directiva y ahora los miembros de la actual gestora le han llamado para la causa nuevamente. “¿Cómo les voy a decir que no? Debemos luchar entre todos para que el Vinaròs no desaparezca”, reconoce.

DINERO Y DISGUSTOS // Precisamente eso, dinero y disgustos, es lo que le ha costado a Moyano estar vinculado al club: “Esto lo haces por placer y ahora que estoy jubilado es cuando más lo disfruto. Eso sí, me ha costado dinero del bolsillo, ya que nunca he pedido ni un euro ni una peseta. Y cuando ha hecho falta comprar agua, ahí ha estado Moyano, o comprar el detergente para lavar la ropa... o lo que hiciese falta”.

“Pero lo que haces por gusto no duele. Eso sí, en casa me ha costado más de un disgusto. En especial tendría que hacerle un monumento a mi mujer, que es la que me ha soportado y me ayuda siempre que haga falta”, indica.

ANALIZA A LOS JUGADORES // En sus años en el club, Moyano ha visto pasar a muchos jugadores y ha comprobado su evolución: “Antes el jugador era más leal, más implicado. Sentía el fútbol, pero eso ha cambiado. Todo esto lo achaco a los tiempos en los que vivimos. Ahora los chicos tienen otras ocupaciones y el fútbol para muchos de ellos es pasajero”. “Recuerdo que antes, un juvenil se desvivía para que lo convocara el primer equipo. Lo daba todo. Ahora parece que les moleste si les convocan”, argumenta.

Es más, resume en una frase cómo ha cambiado el fútbol: “Antes los jugadores tenían mujer e hijos, y se afeitaban en el vestuario. Ahora solo están preocupados de mirarse al espejo para verse el peinado”. “Es lo que hay. Así son las modas”, añade.

“Antaño existían otra serie de códigos y costaba todo mucho más. Ahora lo tienen todo muy fácil los chicos. Incluso creo que se ha perdido el respeto a los galones en un vestuario”, opina.

Diariamente, Moyano debe estar pendiente de que no falte el material a los diferentes entrenadores y jugadores, ya que es el responsable del llamado cuarto del material, que en lo que concierne al Vinaròs CF está en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva.

“La llave de la caseta del material no se la dejo a nadie. No soy de los que se enfadan, pero en eso soy tajante, porque si dejo entrar y salir a los chavales, en nada nos quedamos sin ropa”, argumenta un Moyano que explica con orgullo que en casi 20 años “nunca he perdido una equipación”.

Sin duda, el Vinaròs CF tiene en sus filas a un todoterreno, un hombre para todo que jugadores y técnicos admiran y valoran por su total dedicación: Moyano. H