Que unos jugadores tardan más que otros en coger la forma, no es ningún secreto. El haber comenzado más tarde no ha hecho más que agudizar, en algunos casos, este problema. Valença, por ejemplo, uno de los buques insignia, tuvo un permiso extra por el nacimiento de su hijo y se incorporó a los entrenamientos pocos días antes del comienzo de Liga. Paulinho fue fichado poco antes del cierre del mercado, sin tiempo para asimilar el sistema de juego. El propio Chus tuvo que asumir su titularidad de repente y su rendimiento, por ahora, no es el deseado. Y el pívot Vinicius, fichaje estrella, no acaba de encontrar ni su sitio ni el gol...