Al esprint, prácticamente con una fotofinish, pero el Villarreal llega al nuevo tramo de la competición, marcado por el doble desafío Liga-Europa League, preparado. No en vano, está a días de poder presumir -tocando madera, eso sí- de que dispone de toda la plantilla a la entera disposición de su entrenador. Un Fran Escribá que sonríe abiertamente cuando, no hace mucho, gastaba los dedos de una mano --o incluso de las dos-- para contabilizar las bajas con que afrontaba un determinado encuentro. Bajas que, como suele ocurrir cuando son numerosas, se ceban con una posición específica, en el caso que nos ocupa, la delantera. Ahora, en cuanto Roberto Soldado cumpla el último trecho del camino de su larga recuperación, tendrá a los cinco, certificando la puesta a punto global de un equipo que afronta una cuesta de febrero que, incluso, penetra en marzo.

Escribá piensa en el Málaga (mañana, el visitante de turno en el Estadio de la Cerámica), pero no pierde de vista ese tránsito hasta el 4 de marzo, jalonado por siete encuentros, cinco ligueros y la eliminatoria de los dieciseisavos de final frente al Roma.

BUENAS SENSACIONES // «Ya tenemos a casi todos --a Soldado, en nada, lo vamos a recuperar también--, las sensaciones son estupendas», calificó ayer, en la rueda de prensa, Escribá, viendo cómo se vacía la enfermería y habiendo quedado atrás un tramo con sanciones puntuales que, con todo, han minimizado los recursos de los amarillos. «Llega un mes importantísimo, con siete partidos, y todos van a ser muy importantes», añadía sobre los 23 componentes de su plantilla. «Nos dará calidad y frescura», profundizó el preparador valenciano, pensando en la Real Sociedad, el Madrid, Espanyol y demás.

A juicio de Escribá, este nuevo panorama le «permitirá gestionar los minutos de los jugadores». Un desahogo a la hora de poner en marcha las rotaciones, aunque siempre piense que «poner el mejor once posible» en el compromiso inmediatamente más cercano en cada momento.

En la mayoría de los casos, las ausencias han sido de hombres importantes. Y prolongadas, como Mateo Musacchio, Denis Cheryshev o Roberto Soldado. Luego, ha habido casos peculiares como el de Cédric Bakambu (la Copa de África se lo robó un mes al Villarreal). Afortunadamente, todo eso ha quedado atrás, con lo que si hasta ahora Escribá no ha sido demasiado propenso a la lamentación, menos motivos tiene cara al trimestre final del curso.

Todo camino tiene un kilómetro cero. Para el Villarreal, es el partido frente al Málaga. Un equipo que desde que cambiara de técnico (Juande Ramos llegó a un acuerdo para marcharse y el jeque Al Thani escogió al Gato Romero), solo ha arañado un punto en cinco jornadas, aunque Escribá recela de los costasoleños que han pasado de aspirar a Europa, a contemplar el final de la temporada, que todavía queda lejos, sin demasiadas pretensiones.

CLASIFICACIÓN ENGAÑOSA // «El Málaga no viene bien en cuanto a resultados, pero no tanto en cuanto a sensaciones», contempló ayer. «Les hemos visto todos los partidos y en esta racha mala con la que llega, ha merecido mejores resultados», valoró Escribá. «Están teniendo problemas de efectividad cara a portería, como les pasó frente al Espanyol, cuando se encontraron con un gol en contra», desarrolló el técnico. «Es mejor equipo de lo que dice la clasificación», catalogó.

Con el calendario que se avecina, por la cabeza de Escribá no se le pasa, ni por asomo, un tropiezo como punto de partido de esta cuesta: «Hay que seguir siendo fuertes en casa y no perder puntos. Cualquier cosa que no sea ganar, viniendo luego la Roma, Real Sociedad, Real Madrid…», dejó caer el preparador valenciano, que rápidamente sentenció: «Estoy convencido de que el equipo está en una buena línea».

ODIOSAS COMPARACIONES // No rehuyó Escribá una valoración sobre el hecho que un modesto, un recién ascendido además, se haya metido en la final de la Copa del Rey: «Lo que ha hecho el Alavés, tiene mucho mérito, pero hay que tener suerte en los cruces». Efectivamente, los vitorianos han tenido una trayectoria bastante benigna (Nàstic, Deportivo, Alcorcón y Celta) cuando el Villarreal, tras noquear al Toledo, le tocó la Real Sociedad (de haber pasado, el Barcelona...). Sin embargo, zanjó el tema con un «para nosotros, eso se acabó».