Samuel Castillejo Azuaga (Málaga, 18 de enero de 1995) atraviesa por su mejor momento desde que llegara, ya hace dos años y medio al Villarreal, con apenas 20 años y «sin haber salido antes de mi tierra y de mi entorno». La adaptación al nuevo hábitat no ha sido fácil —«no lo es para nadie», apunta— para este espigado chaval, tan llamativo en su look externo —le quedan pocos centímetros de piel visible por tatuar y se presenta a la entrevista con Mediterráneo vestido «a la moda»— como en su juego, uno de los últimos defensores de la filigrana en un fútbol en el que cada día va ganando más terreno el factor físico y en el que el músculo se valora muchas veces más que la habilidad.

De Canijo pasó a Fideo, y de ahí va camino de don Samuel en un Villarreal en el que soluciona partidos para al que más de una vez recogía balones en La Rosaleda. Ahora, aquel futbolista «en el que tanto me fijaba; un jugador de banda, como yo» está sacando su mejor versión. Javier Calleja le ha sacado de la banda para hacer de Samu un centrocampista total. El pasado sábado, ante la Real Sociedad asistió desde el córner (el 1-0 de Víctor Ruiz), presionó para provocar el 2-0 de Fornals y, por supuesto, sacó su magia para marcar el cuarto gol del Submarino, una obra de arte firmada con su exquisito pie izquierdo.

—Filigrana, atrevimiento... un modelo en peligro de extinción pero que usted ha demostrado que puede ser tan efectivo como el fútbol más físico que se impone.

—Es cierto que cada vez hay jugadores que lo intentan menos porque el fútbol es más físico, todo se juega a toque muy rápido. Pero es mi juego. Un tanto peculiar, pero es el que me ha traído aquí y el que espero me lleve muy lejos.

—El Castillejo de esta temporada ha dado un paso más en su evolución. ¿Le ha costado mucho olvidarse de la banda para encontrar su sitio en el rombo de Calleja?

—Sobre todo al principio. Tenía que pasar de lo que estaba acostumbrado desde cuatro temporadas atrás, en la banda, pegado a la línea, a jugar más por dentro y ayudar a la salida de balón. Es un puesto nuevo, cuesta más, pero el míster me ayuda y me explica lo que quiere de mí. Creo que partido a partido voy mejorando.

—Lástima ese pequeño parón a finales del pasado año por aquella lesión en Praga.

—Al final, las lesiones es lo único que puede parar a un futbolista cuando uno se encuentra bien. Me recuperé y ahora estoy disfrutando del equipo, del momento y ojalá sea por mucho tiempo.

—Cuando se habla de lesiones es inevitable que venga a la mente el calvario por el que está pasando Bruno. ¿Le echan de menos?

—Y tanto. El capi es para nosotros un tío muy importante, tanto dentro como fuera del campo. Es cierto que Rodri ha explotado de una manera espectacular y que es un jugador que acabará jugando donde él quiera, pero Bruno nos aporta tantas cosas que al final se le tiene que echar de menos.

—Rodrigo (20 años), Fornals (21)... Con el permiso de Trigueros (26) casi es usted el veterano de la medular con 23 años.

—Creo que en los últimos partidos hemos presentado un centro del campo con 22 años de media. Tiene mérito, pero también tenemos ese toque de veteranía que ayuda en momentos difíciles.

—Para difícil, el inicio de temporada. Cuesta creer que este Villarreal que suma 16 de los últimos 18 puntos sea el que empezó perdiendo en el Ciutat de València y en Anoeta, o goleado en Getafe.

—Sobre todo por los resultados, porque por nivel de juego las sensaciones siempre han sido buenas. Pero lo que manda en el fútbol es el resultado, y ahora se combinan las dos cosas.

—Estas dos últimas temporadas han puesto a prueba la capacidad de reacción de un equipo masacrado en los inicios por todo tipo de problemas.

—Sí. Eso demuestra el gran grupo que somos, una gran familia. Hemos empezado dos temporadas con dificultades. La eliminación de la previa de Champions, que fue un palo, lesiones que hacen bajar el rendimiento de todos... pero nos hemos recuperado muy bien. Tenemos que terminar así.

—¿Aquella previa de Cham- pions ante el Mónaco aún escuece? ¿Hay ganas de volver para tomarse la revancha?

—Todos pensamos lo mismo. Hicimos una gran temporada anterior, de puntos, llegando a semis de Europa League, alcanzamos ese cuarto puesto muy sufrido... y todo se te va en una eliminatoria. Ojalá nos podamos quitar esa espinita, tenemos muchas ganas.

—¿Valencia, Real Madrid, Sevilla...? ¿A quién ve Samu Castillejo como principal enemigo para ganarse esta temporada el regreso a una Champions?

—Como dice el míster, el único rival que tenemos que mirar somos nosotros mismos. Hacernos fuertes, sobre todo en casa, y que los que está delante y los que vienen por detrás, vean que somos un equipo sólido, que no pinchamos. Eso al final hace entrar los miedos a los rivales.

—El Villarreal lleva mucho tiempo seguido en plazas europeas y, sin embargo, no tiene su reflejo en las citaciones de la selección. ¿Qué le diría a Lopetegui?

—Son decisiones del seleccionador. Nosotros trabajamos y jugamos para poder estar ahí, que se nos vea. Manu, Pablo Rodri… hay muchos jugadores seleccionables de buen nivel. Le diría que aquí estamos para lo que necesite, que hay mucho aquí para elegir.

—¿Qué cree que le falta para ser un jugador de selección?

—Creo que me falta mucho, pero no para llegar a la selección, sino para mejorar en mi carrera. Para ir a la selección hay mucha competencia, pero los partidos están ahí y ojalá llegue la convocatoria.

—En cada plazo de fichajes Samu y Nápoles van siempre unidos. ¿Qué hay de cierto y qué de rumor?

—Siempre se escuchan cosas, se habla... El pasado verano sí hubo contactos, y ahí se quedó. Estoy muy a gusto en Vila-real y espero estarlo mucho tiempo.

—En este mercado de invierno se ha ido Bakambu y el club aún está pendiente de algunos movimientos. ¿Les afecta?

—Estamos tranquilos. Hay un gran equipo, una gran plantilla. Los que han venido es para aportar, y si llega alguien más también será para eso.