Si usted no fue al Madrigal, se ahorró mojarse por la lluvia; a pesar que era una noche para ello, para estar con el equipo. Tampoco vio a un grande de Europa. No disfrutó en la primera parte con el juego descarado del equipo amarillo; con ritmo y acabando las jugadas contra un Borussia estéril. Se quedó sin ver el trabajo solidario del equipo en la recuperación. No vio mandar de nuevo a Bruno y a Trigueros, la velocidad de Cheryshev y se perdió el gran gol de Vietto.

Si usted no vino al Madrigal, se ahorró preguntarse, en algún que otro momento, el por qué. La razón del retorno al sufrimiento en la reanudación o el motivo que le impide al equipo no poder administrar, con el favor del reloj, la ventaja del 2 a 1 de Cheryshev, desbaratada cuatro minutos después por el golazo de falta de Xhaka para el empate.

El Villarreal dio lo mejor y no especuló, pero de nuevo apareció el bajón, aunque esta vez no pareció estar motivado por la ansiedad o los nervios. La fuerza germana diluyó la local. El combustible del Submarino marcó la reserva física. Sin, pese a ello, desmerecer el esfuerzo realizado hasta el final. Quizá se acusó la escasa recuperación de algunos tocados.

Si usted no fue al Madrigal, se perdió un gran partido. Era una noche de sí o sí, pero se quedó en el interrogante del continuará. Claro que, no será en el Madrigal. H