Todo el mundo coincide. Da gusto pasear por Castellón. El festival Mare Nostrum ha convertido durante estos días el centro de la ciudad en un hervidero cultural, en el que poder presenciar pequeñas grandes actuaciones a la vez que disfrutar de las oportunidades que ofrece ya de por sí la capital de la Plana. La gente ha respondido. Y así lo anuncian las primeras cifras a falta del balance oficial. Más de 15.000 personas se han parado unos minutos a disfrutar de las interpretaciones.

“Estamos encantados con la respuesta del público y con el esfuerzo realizado por los músicos para acercar la cultura a la gente. La música es cultura, tanto si se llama clásica como si se llama jazz, flamenco, blues, soul o folk y la gente que ha asistido a los casi 400 conciertos nos ha dejado muy claro su ilusión por que este festival se consolide y muchos nos han dicho que están deseando volver a la segunda edición”, apuntaba radiante el director del Festival, Pablo Sebastiá.

Vicent Sales iba más allá. El concejal de Cultura de Castellón, casi cuando la primera edición apenas termina, tiene la mente puesta en una segunda convocatoria. “La sensación general es de mucha satisfacción, creo que hemos puesto una pica en Flandes con el festival que nace con vocación de continuar y mejorar”, afirmaba y anunciaba que el Ayuntamiento y la Diputación, organizadores del evento, intentarán extender los ocho puntos de actuaciones en el corazón de la ciudad al exterior: “Comercios y restaurantes nos han pedido que los ritmos del Mare Nostrum lleguen a más puntos de la capital”.

Y es que el valor dinamizador del festival en la economía local es muy incipiente. Hoteles, hosteleros y comercios se han podido aprovechar de la afluencia de espectadores por la ciudad. También de la excelente climatología que tiene la provincia, que permite desarrollar un festival de calle cuando termina octubre.

BIG BOLERANDO // El broche de oro del Mare Nostrum lo puso por la tarde el nuevo grupo castellonense Big Bolerando, fusión del director Juanjo Carratalá y la formación Jacaranda. Bossa novas, chachachás y, sobre todo, muchos boleros para decirle al macrofestival hasta luego. H