Querido lector:

¿Han cambiado las cosas respecto al último congreso del PSPV en que Jorge Alarte ganó por un puñado de votos muy ajustado a Ximo Puig en la pugna congresual por liderar el socialismo valenciano? En la sociedad valenciana o castellonense, sin duda, sí. Y en el PSPV, también.

En general el contexto político es diferente. El PSPV asistirá a su próximo congreso en la Comunitat tras una enésima derrota en las urnas en las últimas elecciones autonómicas y municipales con el peor resultado de su historia. En Les Corts no llega al 29% del hemiciclo y escasamente gobierna municipios de entidad y cuando lo hace es en coaliciones en otras ocasiones impensables, como los Benidorm o Vila-real. Además, en las generales perdió abrumadoramente frente al PP con una huida preocupante de sus votos hacia otros partidos de la izquierda.

Partiendo de esta pésima base, no obstante, el recorrido futuro no se le presenta tan negativo, al menos en lo inmediato. El PP es ahora quien gobierna la crisis y su desgaste, dadas las perspectivas económicas y la contestación social que comienzan a provocar sus políticas de recortes y sus torpezas iniciales, como las de Valencia, es un caldo de cultivo que el PSPV intentará aprovechar para obtener respaldos electorales perdidos. Y los resultados de la gestión económica del Partido Popular no se verán hasta pasado un tiempo.

Por tanto, es en el contexto interno donde el PSPV tiene el problema, de nuevo escenificado en dos alternativas mayoritarias, las mismas que hace casi cuatro años, aunque esta vez con un matiz muy diferente y clarificador. Jorge Alarte presenta un bagaje de gobierno tan desolador, con el partido más dividido que nunca, sin apego de las bases y sin conexión social... que ni el apoyo de Rubalcaba le será suficiente.