La actual división provincial arranca del año 1833. A partir de entonces, no se hicieron esperar demasiado las obras que intentaban ofrecer una visión de la historia de aquella nueva demarcación territorial que era la provincia.

Aquí, el primer autor que abordó semejante tarea fue Adolfo Miralles del Imperial quien, en el año 1868, publicó en Madrid el libro titulado Crónica de la provincia de Castellón.

Tras la revolución de 1868 y la instauración de la Restauración, se estaban viviendo momentos de una importante revitalización política y cultural que en Castellón tuvieron su manifestación a través de iniciativas como la creación de la Comisión Provincial de Monumentos, el Casino de Artesanos, el Círculo de Labradores y Cazadores o la aparición de una gran cantidad de libros y periódicos.

Y todo ello generó la aparición de un grupo numeroso de personas eruditas que iban a dominar la escena intelectual castellonense hasta finales del siglo XIX.

En aquel contexto, al trabajo de Adolfo Miralles le sucedió en 1873 una Historia, geografía y estadística de la provincia de Castellón firmada por Bernardo Mundina Milallave. Poco después, apareció en 1881, una elemental Historia de Castellón de la Plana escrita por Luis Bellver.

Otro libro vio la luz en 1887.

Fue una Historia de la provincia de Castellón, cuyo autor era el castellonense afincado en Valencia Arcadio Llistar Escrig. La centuria se remató con El libro de la provincia de Castellón, de Juan Antonio Balbás Cruz, probablemente la más rigurosa y documentada de todas las historias provinciales existentes hasta entonces.

Historiadora