El CERN, el laboratorio europeo de física nuclear, reconoció ayer que en el experimento que detectó unos neutrinos más rápidos de la luz se produjeron al menos dos problemas técnicos que pudieron influir en el resultado: un cable mal conectado y una errónea sincronización de dos cronómetros.

El anuncio de que se había detectado un posible error, avanzado el miércoles por la noche en un blog de la revista Science, obligó a los investigadores del experimento Opera a ofrecer una explicación y a confirmar que en mayo, si se resuelven los problemas, se repetirá el envío de neutrinos para verificar si realmente iban tan rápido. Los problemas son ciertos, admitieron, pero aún es pronto para asegurar que condicionaron los resultados.

El experimento que originó la controversia consistió en lanzar haces de neutrinos desde la sede del CERN (Ginebra, Suiza) hasta el laboratorio de recepción del Gran Sasso (centro de Italia). En el experimento, comprobado con 15.000 neutrinos, las intrigantes partículas subatómicas recorrían de forma subterránea los 730 kilómetros de distancia y llegaban 60 nanosegundos antes que la luz. Los resultados ponían en entredicho la teoría de la relatividad de Albert Einstein --confirmada hasta la saciedad de forma experimental--, que establece que nada que pueda viajar más rápido que la luz. Muchos científicos de todo el mundo manifestaron sus dudas sobre el experimento.

DIVERSA ESPECULACIONES // También se especuló con posibles alternativas teóricas. No obstante, la mayoría de los físicos especialistas en la materia, incluso algunos que participaron en el propio experimento Opera, manifestaron sus dudas y sugirieron que podía haber algún error en la medición. Una posibilidad era que no se hubiera calculado bien la distancia exacta entre la sede del CERN en Ginebra y el Gran Sasso. Otra opción era que los relojes o cualquier otro instrumental no estuvieran bien coordinados.

Ayer, los investigadores de Opera dieron algunos detalles de los problemas. El primero, por ejemplo, se originó por una conexión defectuosa en el cable de fibra óptica que conecta el reloj central del experimento con el GPS exterior. Eso sí, no es que estuviera desconectado. En esencia, la señal que discurre por la fibra mal conectada va más lento de lo que se había estimado, por lo que, una vez calculada la corrección, se obtiene como resultado una velocidad final más rápida. La segunda anomalía fue un error en el oscilador del cronómetro interno del experimento. Sorprendentemente, este fallo produce un efecto opuesto: puede diminuir la velocidad real.

“No quiero opinar porque no conozco los detalles --insiste el español Mario Martínez, investigador que trabaja en el CERN--, pero lógicamente un error en la medición era una de las hipótesis principales”. En la reciente reunión, el director científico del CERN, Sergio Bertolucci, bromeaba: “Tengo dificultades para creerlo porque no hay nada en Italia que llegue antes de tiempo”. H