Vivieron su propia burbuja y, como en el caso de la construcción, ha acabado estallando, aunque ha tardado más tiempo. El sector de las energías renovables, especialmente el eólico y el solar, atraviesa en Castellón una situación de parálisis total. Se acabaron las primas (el Gobierno aprobó a principios del pasado febrero un real decreto que recorta en 800 millones de euros los fondos destinados a las inversiones ya realizadas en instalaciones eólicas y termosolares) y si a eso se une una burocracia demasiado lenta y compleja el resultado es un sector cuyo desarrollo se encuentra completamente estancado.

Y eso que el de las energías verdes llegó a ser uno de los sectores más pujantes de la economía provincial. En los años de pujanza, y al calor de las sustanciosas primas, se abrieron decenas de pequeños negocios desde Vinaròs a Almenara. Hoy, y según datos de la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen) quedan en Castellón 60 empresas que viven directamente del sector y que dan empleo a unos 800 trabajadores. Otro centenar de compañías trabajan indirectamente para las renovables. “El parón ha afectado a muchas empresas. Algunas han cerrado, otras han reducido plantilla y también las hay que se encuentran en concurso de acreedores”, explican en la asociación.

AMPLIACIONES PENDIENTES // De todas las energías renovables la que mayor impacto ha tenido en la economía de Castellón es la eólica. Pero ahora el sector se encuentra en dique seco. La provincia cuenta desde hace casi una década con 16 parques eólicos en las zonas 1, 2 y 3 (Els Ports) y 6 (Alto Palancia), pero desde hace más de cuatro años tiene pendiente el desarrollo de la segunda fase del Plan. En Castellón ahora mismo están en el limbo la ampliación o la puesta en marcha de otros 16 proyectos.

Los parques pendientes en la ampliación de las zonas 1, 2 y 3 se adjudicaron en junio del 2009 y el gran adjudicatario fue el consorcio Sistemas Energéticos de Levante (compuesto en un 60% por Iberdrola y en un 40% por Bankia). Los retrasos provocados en la tramitación administrativa (la Conselleria no ha concedido todavía las licencias para la implantación de nuevos parques energéticos) tienen encallado el proyecto desde hace casi cuatro años y lo peor es que ahora mismo, y según todas las fuentes consultadas, no hay fecha para la construcción de los parques. Y eso que la previsión era invertir 340 millones de euros y generar más de 360 puestos de trabajo.

Mucha peor suerte han corrido las zonas eólicas 4 y 5, que abarcan las áreas del Maestrat y municipios del Alto Mijares. Ambas zonas fueron adjudicadas en el 2003 y todavía hoy, diez años después, la Conselleria de Medio Ambiente sigue sin haber concluido la tramitación del impacto ambiental previo a la concesión de los permisos definitivos.

El fin de las primas, el aumento de los impuestos y las trabas burocráticas no son el único problema al que se enfrenta el sector eólico provincial, que se ha visto arrastrado por la falta de liquidez y por graves problemas de financiación, ya que muchos consorcios están integrados por entidades financieras.

PARÁLISIS NACIONAL // Pero la crisis que vive el sector de la eólica no es exclusiva de Castellón. El Real Decreto-Ley 2/2013 ha supuesto un nuevo mazazo para el sector, hasta el punto de que según cálculos de asociaciones eólicas de toda España el sector dejará de ingresar unos 6.000 millones hasta 2020 como consecuencia de estos recortes y del nuevo impuesto del 7% a la generación. “La eólica ha perdido 15.000 empleos desde finales de 2008 y se puede destruir una cantidad similar de puestos de trabajo a consecuencia de las nuevas medidas”, insisten desde el colectivo. H