El alcalde de Vila-real, José Benlloch, suscribió ayer el préstamo de 4,9 millones de euros con el que el Ayuntamiento hará frente a los últimos «mazazos de la herencia del PP en la ciudad», dijo el munícipe, e hizo hincapié en que el crédito, que finalmente se ha firmado con el BBVA, «es el de mejores condiciones de la historia de Vila-real». El dinero se destinará en un 89% al pago de resoluciones urbanísticas de gobiernos populares anteriores al 2011.

La operación es a 22 años, con una carencia de 24 meses y 20 años de amortización, a un interés del euríbor +0,64 puntos básicos, lo que significa un 0,455% en la situación actual. Estas condiciones se traducirán en el pago de 22.323,76 euros de intereses en cada año de carencia y una cuota anual de amortización de 244.778,07 euros en el tercer ejercicio. «Es una cantidad perfectamente asumible y que deja en evidencia la enorme diferencia entre este equipo de gobierno, prudente y responsable, y el Partido Popular, que endeudó a la ciudad en los peores años de la crisis con un préstamo usurero de 20 millones, unas condiciones de cancelación abusivas y un 6% de intereses, que cuestan cada año tres millones a las arcas municipales solo por levantar la persiana», concluyó Benlloch.

En concreto, el préstamo asciende a 4.895.561 euros, de los que 4.345.501 servirán para hacer frente al pago de resoluciones del jurado de expropiación sobre las acciones urbanísticas de los ejecutivos del PP, según apuntó Benlloch. Y los restantes 550.000 euros se destinarán a sufragar la penúltima cuota de la adquisición del Gran Casino.

presupuesto municipal // Benlloch insistió en que «esto demuestra que, si no fuera por los empastres heredados del PP, el Ayuntamiento de Vila-real no tendría que pedir préstamos, de forma que mientras otros municipios del entorno los piden para avanzar y adquirir patrimonio, aquí todavía se está pagando muy cara la herencia urbanística del PP en Vila-real», puntualizó.

Un legado que, afirmó el primer edil, «ha bloqueado la aprobación del presupuesto municipal del 2018». En cualquier caso, y como avanzó ayer Mediterráneo, todo indica que el próximo martes se dará luz verde a las cuentas, después de sacar de las mismas el lastre del urbanismo, al que se hará frente a través de una modificación del presupuesto prorrogado del 2017.

Entre otras cosas, con el crédito se atenderá a reclamaciones de propietarios por operaciones urbanísticas que se remontan en algunos casos a los años 90 y que afectaron a parcelas del ahora jardín de Jaume I o las necesarias para abrir viales en el entorno del colegio José Soriano.