Vila-real inició ayer la cuenta atrás para celebrar por todo lo alto la 28ª edición de la Festa per la Llengua y lo hizo con una exitosa crida en la que la alta participación fue la tónica general.

El cálido fuego, acompañado de la música de la dolçaina i tabal, sirvieron para atraer a miles de personas hasta el centro de la ciudad, que acogió este acto, concebido especialmente para llamar a la participación en la gran fiesta que tendrá lugar mañana en el Termet. Así, a las 17.30 horas, la plaza Major fue escenario de la concentración previa al cercavila que recorrería, posteriormente, las calles del centro neurálgico de la ciudad, donde los protagonistas fueron el Grup de Dolçainers i Tabaleters El Trull, quienes recorrieron los viales acompañados por los gigantes de la ciudad y del Grup de Dimonis de Castelló Botafocs. En total, medio centenar de personas que pronto serían seguidas por cientos de vecinos que se sumaron a este original evento, que se celebró en este enclave, “no sólo para anunciar la proximidad de la gran fiesta de hoy, sino porque el paraje del Termet está protegido y los dimonis i botafocs que acompañan a esta festividad desde hace 28 años no hubieran podido participar, debido al riesgo de provocar un incendio”, explicó el técnico de la Federació Escola Valenciana en Castellón, Toni Vizcarro.

Una vez de vuelta en la plaza Major, y con una alta expectación, comenzó el Taller de foc, a cargo de Botafocs, que dio paso al encendido del bestiari i ball de dimonis, uno de los actos que más gusta a los más pequeños y que congregó a numerosos curiosos en la zona centro. Según explica Vizcarro, este acto previo “sirve para hacer un último llamamiento a rezagados, con el objetivo de que hoy podamos superar las 15.000 personas en el Termet”.

Y es que, la fiesta congregará a numerosos entes culturales y colegios de Castellón en el área. H