Que las peñas son el alma mater de las fiestas patronales de Vila-real es algo más que sabido. Y es que cada acto que organiza la Comissió de Penyes se convierte en un nuevo éxito, como ocurrió anoche, con la popular cena de tombet de bou, que congregó a más de 3.200 personas en el Recinte de la Marxa, instalado en el párking existente junto al hipermercado Carrefour. Todo un acontecimiento gastronómico de primer orden que, a la cantidad de participantes, sumó la exquisitez de un guiso tan tradicional.

Fue un acto en que los integrantes de más de 120 colectivos festivos aprovecharon para cargar pilas y emprender el camino final de unas fiestas de la Mare de Déu de Gràcia en las que la participación es la gran protagonista.

Casi 1.000 kilos de carne, así como otros tantos de patatas y zanahorias, entre otros ingredientes, contribuyeron a dar forma al típico tombet destinado a los paladares de los peñistas, que únicamente tuvieron que guardar cola para recoger sus respectivas raciones. La Comissió de Penyes aportó todo lo demás, desde la bebida hasta las sillas y mesas.

La cita culminó con la actuación de la orquesta Supermagic y la música de una discomóvil. H