El proyecto de nuevo Mercado Central de Vila-real en el que trabaja el Ayuntamiento, con la mirada puesta en que el inicio de las obras pueda ser una realidad en esta legislatura, limitará a un máximo de 12 los puestos de venta que se habilitarán en la planta baja.

Así lo indicó ayer el primer teniente de alcalde, Pasqual Batalla, quien insistió en que “lo que se quiere hacer es un mercado no muy grande, pero del siglo XXI, con la posibilidad de destinar la primera planta al sector de la restauración”.

Batalla recordó que este es un proyecto cuya inversión se cifra entre 4 y 4,5 millones de euros y que “podría acometerse casi de inmediato, si la Generalitat pagara la deuda que tiene con Vila-real”.

En todo caso, el edil indicó que la intención es convocar un concurso de ideas en base a algunos aspectos fundamentales, como son el que sea un mercado que mantenga el espíritu de siempre, así como el corazón del comercio local. H