Batidas vecinales peinan el campo sin descanso en busca de la desaparecida en Castelló

Las batidas ciudadanas no se detienen y los allegados de Rosa Elena Solsona Catalán, vecina de Castelló desaparecida el pasado domingo, no dejan de buscarla de forma incansable por vías principales y secundarias, solicitando cuantas más imágenes posibles de cámaras de seguridad en busca de pistas sobre su paradero. 

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La familia de la mujer, de 45 años y madre de dos menores de edad, se ha centrado en las últimas horas en el campo de la Plana Baixa, tras haber recorrido las principales vías hasta València sin éxito. Cabe recordar que la última imagen que se tiene de Rosi, como cariñosamente la llaman los suyos, es del domingo a las 9.58 horas, cuando pasó con su vehículo por delante de la gasolinera Cepsa de les Alqueries. A partir de ese momento, no hay pruebas fiables.

Pocas certezas

Aunque algunas personas apuntaban ayer a la posibilidad de que sobre las 20.00 horas hubiese sido visto su coche en la cooperativa de Nules, este extremo no ha sido confirmado de forma oficial y las informaciones son confusas por la gran cantidad de gente implicada en la búsqueda, que ha movilizado a más de 500 personas. En ese punto se ha reunido este martes una gran cantidad de personas que durante la mañana y también la tarde peinan huertos, caminos y demás zonas.

"Creo que la cabeza le ha jugado una mala pasada; atravesaba una depresión y no superó la muerte de sus padres"

El marido de Rosa Elena, Miguel Ángel, ha hecho un llamamiento este martes por la mañana --como ha publicado Mediterráneo en sus redes sociales-- para solicitar la colaboración de los agricultores y regantes. «La clave sigue siendo encontrar el coche en el que se marchó, un Lancia Ypsilon marrón; y pido a la gente que tiene fincas, que tiene animales, que revise sus tierras por si vieran algo que pudiera ayudarnos a dar con ella», ha dicho este martes Miguel Ángel con lágrimas en los ojos en un vídeo difundido.

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Lo cierto es que, aunque la familia no pierde la esperanza de encontrar a Rosi en buen estado, cada hora que pasa hace mella en el ánimo de sus allegados, conscientes de que las primeras horas son cruciales. "Yo al principio pensaba que se la había llevado alguien a la fuerza, pero ahora creo que la cabeza le ha jugado una mala pasada; atravesaba una depresión y tenía ansiedad por el trabajo", explica su esposo, incidiendo en que la mujer "no había superado la muerte de sus padres".

Tanto la Policía Nacional, que dirige la investigación a través de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), como la Guardia Civil y policías locales de la provincia --especialmente, en la Plana Baixa y la Plana Alta-- colaboran en la búsqueda de la mujer, que dejó su teléfono móvil en casa, elemento que hubiese sido clave para poder rastrearla. 

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Sin movimientos bancarios

No ha habido desde su desaparición movimiento en sus tarjetas bancarias, ni siquiera para repostar el coche con el que salió de su casa. Aunque pudiera haber pagado con dinero en efectivo, no se erige como la principal hipótesis.

Según ha podido conocer este diario, los investigadores se han trasladado también a las poblaciones de Villahermosa del Río y Zucaina, donde la familia de Rosa Elena tiene propiedades rústicas. Dichas gestiones no han surtido efecto, como tampoco las numerosas batidas ciudadanas, hasta el momento.