La ‘pinyolà’ es la polinización cruzada provocada por los insectos que provoca la abundancia de pepitas en el fruto. Desde 1993, una ley de la Comunitat Valenciana prohíbe que haya colmenas a menos de 5 km de cultivos de cítricos durante los meses de abril y mayo, aunque los citricultores denuncian que este año la floración se ha adelantado, por lo que piden que se tomen ya estas medidas para evitar “que se eche a perder la cosecha”.

Quien habla es Víctor Viciedo, agricultor que denuncia que entre los naranjos afectados por la ‘pinyolà’ “el fruto no puede salir al mercado; con tantas pepitas no te compran la naranja. Si no hay abejas los únicos árboles afectados son los que están al lado, pero con las abejas la polinización cruzada afecta a toda la finca porque con otros insectos o el viento la polinización no es tan agresiva”, añade. 

La floración se adelanta

Históricamente los meses en los que florecían los naranjos y mandarinos eran entre abril y mayo, pero en este 2022 ya a finales de febrero se veían las primeras flores que atraían por el aroma del azahar a insectos como las abejas. Una de las soluciones para evitar la ‘pinyolà’ estaría, según Viciedo, “en instalar mallas de protección en los árboles o en implantar variedades híbridas triploides que tienen royalties importantes y tardan al menos cuatro años en recuperar la producción, suponiendo una estocada más para el agricultor”. 

El problema de la ‘pinyolà’ ha provocado que el Comité de Gestión de Cítricos (CGC) haya pedido a la Conselleria de Agricultura que renueve “con urgencia” el acuerdo para limitar los efectos de la polinización cruzada. En caso contrario auguran un “desastre de dimensiones mayúsculas”, según la propia presidenta del CGC, Inmaculada Sanfeliu.