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ECONOMÍA

La apicultura duda que el acuerdo de la pinyolà ayude al sector

El sector insiste en la no renovación del decreto y advierte que su situación es crítica

Los apicultores tienen prohibido instalar sus colmenas a menos de cinco kilómetros de los cítricos

La inminente renovación del decreto de la pinyolà, una norma vigente desde hace casi treinta años y que prohibe la instalación de colmenas a menos de cinco kilómetros de los huertos de naranjas, ha supuesto un nuevo jarro de agua fría para el sector apícola de la Comunitat, que esperaba mucho más del acuerdo alcanzado este lunes entre la Conselleria de Agricultura y la Unió de Llauradors, AVA-Asaja y la Federación de Cooperatives Agroalimentàrias. «No nos convence en absoluto y es un pacto que ni favorece al sector agrícola ni al apícola», asegura Alejandro Boronat, presidente La abeja es vida, una asociación que aglutina a buena parte de los productores de miel de la Comunitat y que nació hace poco más de un año para defender una actividad que advierte está «en peligro».

Pese a que el documento contempla la implementación de medidas encaminadas a eliminar progresivamente las limitaciones a la ubicación de colmenas cerca de los cítricos, Boronat se muestra de lo más escéptico. y acusa a la Generalitat de plegarse a las presiones del comercio. «La Conselleria y las organizaciones agrarias han llegado a un acuerdo sin escuchar ni tener en cuenta al sector apícola, así que dudo de que las medidas vayan a tener alcance», argumenta el presidente de un colectivo que se siente discriminado y «desterrado» de su propia comunidad. «El acuerdo fija medidas a poner en marcha en un plazo de cuatro años cuando quizás haya otro gobierno u otro titular en la Conselleria que se desentienda de lo que ahora se ha firmado», añade Boronat que recuerda, además, que la Comunitat es la única región del mundo con un decreto de pinyolà. «Esta norma no existe en ningún otro sitio y en zonas productoras como Andalucía se utiliza un enmallado para evitar la polinización», explica. Y precisamente, una de las medidas anunciada por la Conselleria es una línea de ayudas para el enmallado de cítricos que evitan la entrada de las abejas en el árbol e impiden la polinización cruzada.

Cada vez más limitaciones

El decreto de la pinyolà ha obligado a los apicultores valencianos a instalar colmenas en otras zonas del país y desde La abeja es vida explican que esta normativa está provocando que comunidades como Castilla La Mancha y Castilla y León empiezan a poner impedimentos legales para que los productores de Castellón, Valencia y Alicante trabajen en transhumancia en esos territorios. «Cada vez la situación es peor», denuncia Boronat.

Los apicultores insisten en el grave perjuicio medioambiental que supone la desaparición de las abejas. «Cada vez hay más producción ecológica que necesita de las abejas. Es algo que se está potenciando en toda Europa y que aquí sigue penalizado», concluye. 

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