Curioso y sorprendente pero cierto. El Playas de Castellón ha visto cómo uno de sus atletas perdía una de las medallas de oro logradas en el Cros Internacional de la Constitución-Memorial Antonio Rodríguez Benavente de Alcobendas al ser descalificado por llevar una camiseta de la marca que le patrocina en vez de la del club de la capital de la Plana. Una norma que, al parecer el atleta desconocía, y que se aplica en los casos de los deportistas con licencia española.

Se trata del burundés Rodrigo Kwizera, el gran dominador de la temporada de las pruebas internacionales de campo a través, que ganó el pasado fin de semana en Alcobendas como ya hiciera, días atrás, en la Itálica y en Soria. El playero, tras celebrarse la ceremonia de entrena de medallas, recibió la noticia de su descalificación, por lo que los atletas restantes se auparon una posición por delante en la clasificación y el podio quedó configurado con Abdessamad Oukhelfen en primera posición, seguido de Carlos Mayo (segundo) y Thomas Ayeko.

Resulta curioso que el atleta del Playas pasara sin problemas por cámara de llamadas y le permitieran competir con normalidad, comunicándole la descalificación tras la entrega de medallas. En atletismo, el juez-jefe de la cámara de llamadas es quien supervisa el paso de la zona de calentamiento a la zona de competición a fin de asegurar que, hechas las verificaciones correspondientes, los atletas estén presentes y preparados en el lugar de competición a la hora prevista de su prueba.

Pero luego están los jueces como tal, quienes deberán asegurar que los participantes llevan puesto el uniforme oficial de su país o el de su club --aprobados ambos por su correspondiente federación nacional--, que los dorsales se llevan puestos correctamente y se corresponden con las listas de salida y que las zapatillas, número y tamaño de clavos, y la publicidad de la ropa y bolsa de los atletas sean conformes con los Reglamentos y Normativas de la IAAF.

En este sentido, parece extraño que ninguno de los jueces de Alcobendas avisaran a Kwizera para que se pusiera la camiseta del Playas y el playero compitiera y ganara. Un oro que ahora ha quedado en agua de borrajas.