UNA OPERACIÓN DE LA POLICÍA NACIONAL Y ADUANAS

Golpe al narcotráfico al confiscar 560 kilos de cocaína en Almassora

Detienen a cuatro presuntos traficantes en una nave después de seguir el rastro de un contenedor

Cocaína oculta en cilindros confiscados en enero de 2022 en el puerto de València en la operación ‘Parce’

Cocaína oculta en cilindros confiscados en enero de 2022 en el puerto de València en la operación ‘Parce’

Teresa Domínguez

Nuevo golpe a las redes internacionales del narcotráfico en España. En esta ocasión han sido más de 560 kilos de cocaína confiscados en una nave de Almassora. La operación, llevada a cabo por la Policía Nacional y la Agencia Tributaria, ha permitido la detención de cuatro personas (todos hombres), entre ellas un empresario que está relacionado con varias sociedades de recuperación de materiales y de importación y exportación de chatarra, plásticos y herramientas en general, ubicadas en distintos puntos de la provincia de Castellón y en Madrid. El lunes a los residentes en el camí Om Blanc de la playa de Almassora les sorprendió el fuerte control desplegado por la Policía Nacional, por lo que no se descarta que alguno de los arrestados pueda residir allí.

Exportaciones

Fuentes de toda solvencia consultadas por este diario trasladaron que la interceptación de este importante cargamento de cocaína ha sido posible gracias al análisis de información facilitada por agencias policiales antidroga y compartidas tanto con Aduanas, dependiente de la Agencia Tributaria, como con la Policía Nacional. Según esa información, las autoridades panameñas habrían detectado una vía de entrada de cocaína al por mayor en Europa a través de España, principalmente por el puerto de València, que habría aprovechado exportaciones periódicas de chatarra para camuflar la droga en su interior. Desde hace años, lo más habitual es que las grandes organizaciones de narcotraficantes que producen cocaína en Suramérica para los mercados europeo y estadounidense envíen los alijos en lo que se llama gancho perdido o rip off en su nomenclatura en inglés. En esos casos, la cocaína es introducida en grandes mochilas o bolsas de deporte, a razón de entre 30 y 50 kilos de droga por cada valija, que los narcos introducen en los contenedores, casi siempre nada más abrir las puertas, o bien en el puerto de origen o en alguno de los puntos intermedios que el buque toque en su periplo hacia Europa o Estados Unidos.

Ajenos a la carga

En los ganchos perdidos, ni el importador de la carga legal ni el exportador conocen la existencia de la droga. Los narcos se aprovechan de empresas con fuertes y constantes flujos comerciales para contaminar alguno de los contenedores con la droga, que luego es recuperada en el puerto de destino por los grupos de especialistas en esa tarea. 

En apenas unos minutos son capaces de violentar la puerta rompiendo el precinto con una cizalla, bajar las bolsas, colarlas en una furgoneta o la cabina de un camión con autorización para operar en el puerto, colocar un nuevo precinto idéntico al roto que otros han colocado en algunas de las bolsas para aparentar normalidad, y desaparecer. Es un método rápido, seguro y barato. Y por esa razón se trata del más apreciado por los narcotraficantes desde hace algunos años.

Seguimiento del contenedor

Sin embargo, la vieja modalidad de la ocultación en una carga, pese a ser más cara porque implica a más cómplices (eso incrementa la carga salarial), aún sigue en vigor. Prueba de ellos es el último alijo intervenido en Almassora. 

Las fuentes consultadas por este periódico han explicado que, en esta ocasión, los 560 paquetes de cocaína, de un kilo de peso cada uno, estaban camuflados dentro de seis cilindros metálicos o de más de un metro de alto y un diámetro de más de 30 centímetros que habían llegado a los muelles del puerto de València (las redes internacionales aprovechan su enorme flujo comercial para introducir grandes cargamentos) en un contenedor cuya carga legal declarada era chatarra, con destino a una empresa del detenido.

Agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior de Policía de València y funcionarios de Vigilancia Aduanera también de la capital del Turia realizaron una entrega controlada autorizada por el Juzgado de Instrucción número 2 de Castellón que les permitió seguir el camión con el contenedor hasta una nave situada en Almassora, donde decomisaron la cocaína cuando la estaban descargando, durante la tarde del 8 de noviembre. Ese mismo día fueron detenidos el citado empresario y otros tres presuntos implicados en la trama.