Se llaman patentes y son el derecho de las farmacéutica de vender sus productos en exclusiva durante años. Y en las últimas semanas han sido motivo de controversia. Muchos las responsabilizan de ser una traba para que las vacunas contra el covid-19 se distribuyan con la celeridad necesaria para que comience la campaña de vacunación masiva. Y el último que ha clamado contra ellas ha sido Ximo Puig. «Las patentes no pueden ser un obstáculo a la única salida de esta pandemia: la vacunación universal y rápida», ha asegurado el president de la Generalitat quien ha solicitado abrir el debate sobre unas fórmulas que no permiten que cada país fabrique las dosis necesarias para inmunizar a toda su población.

El jefe del Consell ha enviado una carta dirigida a a Apostolos Tzitzikostas, presidente del Comité Europeo de las Regiones (la hace extensiva al Consejo, el Parlamento, la Comisión y el Comité Económico y Social de la Unión Europea), y en la que le pide «actuar con todos los mecanismos a nuestro alcance» contra el «mercantilismo de las vacunas». «Estamos sufriendo en Europa y en buena parte del mundo una escasez de vacunas y consideramos que los territorios que conformamos la Unión Europea debemos actuar», argumenta.

En el escrito, Puig asegura que «como hemos aprendido durante este difícil año en el que Europa ha sabido estar a la altura del desafío con un ambicioso plan de recuperación, una pandemia global requiere una respuesta global». Y eso --continúa el president-- «implica una vacunación universal», al tiempo que destaca que «el acceso a las vacunas no puede estar determinado ni por el poder adquisitivo de cada territorio ni tampoco por los intereses privados de los laboratorios. No sería ético ni tampoco eficiente», insiste.

El president de la Generalitat reivindica en la misiva «abrir el debate» para que «ni el mercado ni la burocracia puedan ser un obstáculo en la ciencia». ¿Y qué propone el Consell? Se inclina por dos soluciones: buscar la suspensión temporal de patentes para tratar o prevenir la covid o habilitar una tercera vía entre la independencia total de los laboratorios y la inseguridad jurídica, por ejemplo, habilitando «fórmulas de compensación» a las empresas farmacéuticas que compartan sus patentes. Además de esto, también propone la firma de acuerdos con otras compañías, para aumentar la fabricación, como han hecho en Estados Unidos. «La Unión Europea puede y debe hacerlo», concluye el president.

Puig, que insta al resto de territorios a sumarse a la petición-, insiste en que «no es lógico, ni tampoco eficiente» que haya vacunas contra la covid-19 en tiempo récord, pero «que tengamos la perspectiva de que miles de millones de persones vayan a tener que esperar años» en inmunizarse. 

La falta de dosis amenaza con hacer saltar por los aires el plan de vacunación masiva diseñado por el Conselleria y que tenía que empezar a principios de este mes de abril. Una plan que es vital para que la Comunitat Valenciana recupere una normalidad real que sea capaz de impulsar de manera definitiva economía. 

En los últimos días el president ha reconocido que la falta de dosis implicará retrasar el comienzo de la campaña masiva, y la consellera de Sanitat, Ana Barceló confió ayer en que antes de final de año esté vacunada el 100% de la población valenciana. En una entrevista a la agencia EFE, la titular de Sanitat insistió en que, para conseguir ese objetivo (y también llegar a julio con el 70% de la población inmunizada), la Comunitat «necesita todas las vacunas que estén a disposición en el mercado. Tenemos que tener dosis suficientes para citar a un número importante de la población, añadió.