Las adopciones nacionales crecieron en la provincia de Castellón en el último ejercicio, pasando de cinco en el 2019 a diez el año pasado. Sin embargo, las internacionales se hundieron. En el 2020 no hubo ninguna, por las dos registradas en el periodo precedente.

Mientras, en el conjunto de la Comunitat Valenciana, según los datos facilitados por la Conselleria de Inclusión, que dirige Mónica Oltra, los procesos donde se ven implicados terceros países pasaron de 26 a cuatro. En cambio, los que se desarrollaron dentro de España aumentaron levemente, pasando de 58 a 62.

Las causas

La suspensión de los viajes internacionales por la pandemia podría explicar este descenso. Sin embargo, desde la coordinadora de asociaciones de adopción y acogimiento CORA sostienen que «la tendencia a la baja es un fenómeno que viene ocurriendo desde el 2004. Hasta entonces hubo unos años en los que se produjo un boom muy importante, llegando España a situarse en el primer puesto en el ranking mundial».

Sin embargo, a partir de ese momento, «empezó a desacelerarse», manifiestan. Las razones son muchas. Por un lado, la opacidad y falta de transparencia de los procedimientos y el cierre de fronteras con estados como Haití y Rusia. «En 2019, España publicó que cerraba la frontera con esos países. En concreto, en el caso de Rusia publicaba que era por irregularidades respecto a las características de salud de los menores adoptados», reflejaba. 

También es verdad que se asume que la adopción internacional es el último recurso, la última medida de protección, y si los países de origen han empezado a implementar mejoras en la protección de la infancia, la proyección internacional no funciona. Otros países, además, están cerrando de motu proprio sus fronteras.

«Es verdad que va a ir a la baja y la tendencia es que llegue a desaparecer», vaticina, si bien reconoce que las familias siguen interesadas en la adopción, «pero el ideal sería que los niños permanecieran en su entorno de origen y esta no fuera necesaria», resume.

Menores en acogida

Por otro lado, más de 500 menores se hallan tutelados por la Generalitat valenciana en la provincia de Castellón. Una cifra que se mantiene estable en el último año. Así, en el 2020 fueron 538, de los que 328 se encontraban en acogimiento familiar. Mientras, el año anterior la cifra ascendía a 530, de los que 305 se hallaban en familias de acogida. La Generalitat ha publicado un nuevo decreto que contempla que todos los niños y adolescentes que se hallen bajo esta figura contarán con un libro de vida donde se reflejarán los hechos más importantes de su devenir.