La apertura progresiva del turismo y la hostelería tras la tercera ola del coronavirus han tenido un efecto directo en el número de personas afectadas por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). Las cifras aportadas por el Ministerio de la Seguridad Social correspondientes al final del pasado mes muestran que la cantidad de asalariados afectados por una suspensión de su actividad en Castellón, 3.812, vuelve a estar a niveles de mínimos, con unos números muy parecidos a los del último trimestre del 2020. Además, si se toma como referencia el mes de mayo del 2020, cuando aún no se habían levantado todas las restricciones del confinamiento, se comprueba que solo hay un 11% de los afectados por ERTE de los 32.025 del mismo tramo del año pasado.

La mayor parte de desempleados temporales en la provincia proceden del sector servicios, y es la evolución de este segmento de la economía la que marca la pauta en estas estadísticas. En febrero, cuando la Generalitat cerró la hostelería para controlar la tasa de contagios, los ERTE pasaron de 4.456 a 9.252. Más del doble.

Entre finales de mayo y comienzos de junio se abrió un porcentaje mayoritario de hoteles y negocios turísticos, por lo que el secretario general de CCOO en la provincia, Albert Fernández, señaló que los números que se darán a conocer en apenas dos semanas «serán los mejores de toda la pandemia». Aún así, recordó que la disminución en los afectados no debe hacer olvidar a «la gente que posiblemente está en un paro temporal desde que se declaró la pandemia, y que de este ERTE crónico podría pasar a un ERE», con su consiguiente despido. Sobre todo en aquellas empresas más tocadas por la crisis del covid.