Quedarse horas y horas sin luz, y más en pleno verano, es un problema grave para hogares y negocios. El centro de Nules lleva sin electricidad desde las tres de la tarde, tras el incendio de un centro de transformación, "con fuego, una densa humareda y explosión", según testigos próximos a la calle San Vicente. La compañía informaba hace escasos momentos --hacia las 21.30 horas-- que ya había vuelto el suministro. Pero no era la primera vez que ocurría un incidente como este. En el bar de la Caixa Rural de Nules les ha pillado por sorpresa, y con todo organizado. Su gerente, Fernando Navarro, tenía más de 30 personas para comer, que luego se quedan a jugar a cartas. "Hemos podido servir el menú, pero los helados se habían derretido. Y los cafés ya no hemos podido ni prepararlos", manifestó. "Hemos llamado a la compañía y nos han dicho que había una avería", indicó.
En la inmobiliaria Flicasa de la calle Mayor, con su gerente Miguel Flich al frente, se aprecia una imagen del todo inusual: puertas abiertas pero con un cableado y un grupo electrógeno a gasoil en la acera. Con este equipamiento, "dentro de la oficina están trabajando con unos servidores y apenas con la luz de las pantallas", explica. Sobre lo ocurrido, relata que "olía bastante a quemado tras la explosión", remite.
En la calle Mayor, una farmacia informaba de la situación con un cartel en su puerta: "Cerrado por avería eléctrica". Idéntica situación con al menos un par de supermercados de la vila.
Incluso una peluquería ha tenido que cerrar y dejar a sus clientas a medias, muy a su pesar, en plena tarea de tintes, ante lo ocurrido. Y a última hora de la tarde, muy pocos establecimientos abiertos en la zona cero del apagón. Una frutería con más género que menos expuesto fuera; un bar donde pueden servir bebidas o aperitivos que no dependen del frigorífico, y por supuesto, con las cafeteras en off, al fallar la luz.
Iberdrola ha trabajado intensamente toda la tarde, con un gran camión electrógeno, para poder restablecer un suministro provisional. Los vecinos han seguido de cerca la evolución pensando qué salida iban a darle a los productos congelados del frigorífico y, en los primeros puntos en recobrar la electricidad, han regalado aplausos a los técnicos de la compañía.