El periodo estival se aproxima, y esto supone que muchas familias empiezan a valorar si quieren o no inscribir a sus hijas e hijos en actividades o campamentos de verano de alrededores de Castellón. Ahora, un año después del duro impacto de la pandemia, y cuando la vacuna parece relajar los contagios, surge la cuestión de cómo los organizadores de estas iniciativas ajustan sus programas a los tiempos tan inciertos de hoy en día. Y, sobre todo, la duda entre los padres de si se garantiza al 100 % la seguridad y la precaución sanitaria.

Las inscripciones para actividades de verano no se han visto fuertemente influenciadas por el escenario actual, pues aun así los organizadores aprecian una alta demanda. Respecto al pasado año, la colonia Seidia organizada por Fundació Caja Castellón, expresa que sí que han notado un gran incremento en inscripciones. «No hay plazas en ningún turno y todos tienen lista de espera por si hay vacantes», especifica la organización.

Adaptación a las circunstancias

El Club Atletismo Playas Castellón ha creado un sistema tipo rueda, distribuidos por equipos de máximo 10 personas con su propio educador. «Todos realizarán las actividades, saltando por cada una con su monitor, para aprender de todas las disciplinas del atletismo», explica Javier Alcacer, coordinador del campus.

Así, al igual que en l’Escola d’Estiu de la UJI, una de las novedades de este año es que «han reducido el rango de edad, para garantizar una mayor seguridad», afirman. Ahora, la edad máxima será de 12 años, frente a los 16 años que solían permitir. Entre los cambios actuales, el campamento del Mas de Borràs tendrá en cuenta «formar grupos estables de convivencia». A su vez, el aforo para dormir en las habitaciones será del 50 % y «se asegurará una correcta ventilación», explican. En el caso de Seidia la mayoría de su programa se realiza en el exterior «en pistas polideportivas amplias y en el interior se respeta el protocolo de higiene», dicen sus coordinadores.

Y es que antes de establecer estas nuevas medidas sanitarias, tanto los campamentos como las escuelas de verano ya triunfaban por inculcar aprendizajes más allá de la diversión. En el Mas de Borràs ofrecen una experiencia donde los niños conectan con el entorno natural mientras desarrollan el compañerismo o la creatividad. Lo mismo pasa en la escuela de verano del International English School, donde los estudiantes aprenden inglés y robótica. Algo que, junto a la seguridad sanitaria, logra que un año más triunfen como opción entre los padres.