Años de ajustes y de una regla de gasto muy exigente que ha impedido a los ayuntamientos gastar sus remanentes libremente han llevado a unas cuentas municipales cada vez más saneadas.

Si en el conjunto de España es un tercio de estas instituciones públicas las que han logrado rebajar su deuda en el 2020 a pesar de todas las dificultades añadidas que ha planteado la pandemia del coronavirus, aún presente, en la provincia de Castellón son más, el 42,2%.

Casi la mitad de los 135 consistorios que hay en territorio castellonense, 57, ha reducido el volumen de sus obligaciones financieras con los bancos; mientras que el 50% exacto, 67 poblaciones, ha mantenido su situación sin cambios entre el último año y el ejercicio precedente, el del 2019.

En cuanto al primer grupo, además de poblaciones pequeñas, la mayor parte de las más significativas por número de habitantes también han rebajado su endeudamiento. Es el caso de la capital, Castelló (-2%), Burriana (-10%), Nules (-12%), Onda (-57%), Peñíscola (-46%), la Vall d’Uixó (-5%) y Vila-real (-7%). 

Deuda cero

Por su parte, del segundo grupo, que integra a la mayoría de los ayuntamientos, una cifra de 63, el paquete más grande, se encuentra en una situación de deuda cero.

Los que no deben nada son, en general, municipios de muy pequeño tamaño, con la salvedad de Benicàssim, único entre los de mayor entidad por población de la provincia que tiene una situación contable óptima, al menos al cierre del ejercicio del 2020.

En este grupo, destacan los que han logrado poner el contador a cero en el último año. Estos son Benassal, que debía 90.000 euros en el 2019; Castillo de Villamalefa; Càlig; la Llosa; Moncofa; la Pobla Tornesa; y Vistabella del Maestrat.

Entre los que sí afrontan obligaciones de pago con las entidades financieras y, además, las han visto incrementadas, son escasas las poblaciones con más de 20.000 habitantes. Uno de los casos es el de Vinaròs, que ha visto pasar su deuda de 3,8 a 4,5 millones de euros, mientras que en Benicarló, el crecimiento es del 13,5 %, con 823.000 euros más de deuda; y en Orpesa la situación pasa de no deber nada a los bancos a hacerlo por valor de 85.000 euros.

El resto son núcleos más pequeños, como Alcalà de Xivert (+258.000 euros); Argelita (+20.000); Culla (+48.000); Montanejos (+89.000); o les Coves de Vinromà (+54.000), además de Navajas, que merece capítulo aparte, tal y como refleja la página siguiente de esta información.

La mitad de la deuda desde 2012

Desde la entrada en vigor en 2012 de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que fijó los objetivos en este ámbito, los ayuntamientos de Castellón no son una excepción y el conjunto de los municipios españoles ha reducido la cantidad a devolver prácticamente a la mitad (-49,90 %), en concreto de 35.290 a 17.679 millones de euros.

En este periodo, Madrid, que en el 2012 debía 7.429 millones de euros, el 21% del total de los ayuntamientos, ha bajado esa cifra en un 74%; Valencia lo ha hecho en un 70%; Málaga en un 58%; Sevilla en un 50,68%; Barcelona en un 31,96% y Zaragoza en un 20,54%. 

En el lado opuesto, en los mismos años Jaén ha empeorado este indicador en un 61,42%; Jerez de la Frontera en un 51,92; Gandía en un 50,51%; y Murcia en un 29,36%; aunque todos estos incrementos quedan muy por debajo del +920,26% de Parla.

Desde el 2012, Parla ha subido 117 puestos en la lista de ciudades endeudadas, Gandía 13, Murcia y Jaén cinco y Jerez de la Frontera tres, mientras que Córdoba, Palma de Mallorca y Sevilla han mejorado 11, seis y cuatro puestos, respectivamente, hasta dejar atrás esa lista de los 10 que más deben.