La compraventa de viviendas al contado se ha disparado en Castellón con la pandemia, tal y como explicó este miércoles el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) en la provincia, Francisco Nomdedeu, y como ratifican los datos de mercado del mes de julio hechos públicos este miércoles por el Colegio de Registradores de la Comunitat Valenciana.

En un contexto en el que la venta de casas y pisos ha crecido el 113,9% en el séptimo mes de este año en relación con julio del 2020 (922 frente a 431), las hipotecas han caído el 58,6% y se han limitado a 451, de manera que los pagos han sido en efectivo en el 51% de los casos.

Francisco Nomdedeu señaló en este sentido que «se trata de una tendencia que venía al alza desde años atrás, como consecuencia de la crisis económica que se inició en el 2008 y que trajo consigo, entre otras cuestiones, el cierre del grifo del crédito por parte de las entidades financieras, pero ahora con la pandemia, se ha disparado el número de personas que compran en metálico, teniendo en cuenta, además, que las transacciones van al alza».

Según el máximo representante de los API castellonenses, en estos momentos la oferta es «más diversa» y la situación de los compradores potenciales también, como resultado de un proceso de cambio de hábitos del mercado producto de la pandemia del coronavirus. Por un lado, indicó Nomdedeu, se han creado nuevas necesidades, ya que «mucha gente se ha planteado en los últimos meses y ahora cambiar del piso en el que viven a una vivienda unifamiliar, con más espacio exterior». Por otro, apuntó que, debido a las restricciones a la movilidad, el ahorro de las familias ha crecido y son muchos los que han pensado, o bien cambiar de casa, o bien se han decidido a comprar, y lo hacen al contado porque disponen de un dinero que no tenían o que al menos no habían acumulado en su totalidad». Por último, el profesional añadió que la diversidad de la oferta es también mucho mayor en estos momentos que en años precedentes.

Un rasgo destacado que desvelan los datos de los registradores es que esta evolución a la baja es exclusiva en Castellón dentro de la Comunitat, puesto que este tipo de operaciones crece de forma notable en Alicante y Valencia.