El precio de la electricidad en el mercado mayorista bate su récord casi a diario. Sin ir más lejos, el miércoles alcanzó su tope máximo entre las 20.00 y las 21.00 horas, con un importe de 208,47 euros el megavatio hora. Una escalada que no parece tener fin, y que no solo tiene efecto en la factura de buena parte de los consumidores, sino también en el encarecimiento de otros productos. La inflación interanual se sitúa en el 4%, con la electricidad y la gasolina como los principales culpables.

Para poner luz ante una cuestión que tanto afecta al bolsillo, Mediterráneo celebró ayer una mesa de debate con la colaboración de EnerHi. En las instalaciones del hotel Intur de Castelló, los ponentes acordaron que el futuro de la energía pasa por aumentar el peso de las energías renovables. César Álvarez, director general del área de Hidrógeno de la compañía EnerHi, detalló que uno de los motivos de la subida en la factura es «el incremento del gas en los mercados internacionales y unos derechos de emisión de CO2 que están relacionados». Para reducir esta dependencia, «la introducción de las energías renovables es la apuesta», añadió.

Una postura compartida por Empar Martínez, directora general de Industria y Energía de la Generalitat. A la hora de disminuir el coste de la factura, tanto en el consumo doméstico como en la industria, «no hay soluciones mágicas, pero sí que hay que tener un aumento de renovables sí o sí».

En el debate, moderado por el director de Mediterráneo, José Luis Valencia, intervino el punto de vista académico del catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la UJI, Jacint Balaguer, quien expuso la complejidad del sistema eléctrico, con pautas marcadas desde la Unión Europea, y un entramado de empresas productoras, distribuidoras y comercializadoras que generan confusión entre los ciudadanos. El secretario general de la Unión de Consumidores de Castellón, Juan Carlos Insa, expresó que el consumidor medio «no sabe interpretar la factura, porque hay demasiados conceptos, se llega demasiado al detalle y no se entiende nada».

Balaguer también apeló a la «pedagogía y la simplicidad», algo que todavía se ha complicado más desde junio, cuando se puso en marcha el sistema de tarificaciones variables en función de si es hora valle, llana o punta, o de la potencia. «Los precios cambian cada hora y no se entiende», afirmó.

Efecto en la recuperación

El diputado de Transición Energética y Energías Renovables de la Diputación de Castellón, Ignasi Garcia, mencionó que el usuario de a pie de calle tiene la oportunidad de cambiar de compañía distribuidora para reducir el coste en esta partida doméstica, «pero la situación que vivimos ahora nos afecta a todos, ya que la subida de precios de estas semanas está poniendo en jaque la recuperación, afecta a las familias y también a las empresas». El alcalde de Borriol, Hèctor Ramos, participó al ser el suyo uno de los municipios afectados por la línea de muy alta tensión (MAT), que pretende cruzar el interior norte de Castellón. Para poner orden al preocupante incremento de las facturas, consideró que hay «muchas medidas a tomar por parte de las Administración estatal» para que el consumidor final sea el menos afectado.

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Respecto a la promesa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que al final del año la factura anual en las casas será menor que en el 2018, los participantes no se atrevieron a vaticinar si esto ocurrirá finalmente, aunque César Álvarez expuso que los impuestos «son el 22% de la factura total», por lo que hay margen para ajustar de nuevo esta variable. En cuanto a los costes de generación, «los milagros no se pueden hacer, el coste de la transición energética es elevado y esto repercute en los usuarios». Además recordó anuncios como el de Italia, con una partida de 3.000 millones de euros para aliviar los precios elevados.

Industria cerámica

El clúster azulejero de Castellón se encuentra en el centro de los cambios del modelo energético, y tanto el representante de EnerHi como la directora general de la Generalitat hicieron una defensa del hidrógeno verde como una tecnología que marcará el futuro. «En el pasado estas empresas hicieron una apuesta por la cogeneración y ahora contamos con esta alternativa; el hidrógeno renovable es un sustituto claro al gas natural, y hay estudios que en el futuro pueden tener un precio mucho más bajo que el actual», describió.

Empar Martínez añadió que la Generalitat cuenta con una estrategia para este cambio tecnológico, y hay un trabajo llevado a cabo por empresas de la provincia. «Lo que trabajamos lo hacemos con el sector, las patronales Ascer, Anffecc y Asebec». Además, se estudia que el gas resultante para el uso de hornos «pase por las conducciones de la red existente y que con la adaptación de maquinaria y quemadores la calidad sea tan grande como la de los productos que se fabrican hoy», destacó. Para ello será vital la contribución del Instituto Tecnológico de la Cerámica, y César Álvarez mencionó «la capacidad de exportar la tecnología creada en Castellón».

Autoconsumo

El catedrático de la UJI afirmó que el mercado eléctrico «es el más oscuro que hay», tanto por la dificultad a la hora de entender las facturas como al número de factores que intervienen hasta llegar a los hogares y fábricas. Como alternativa, Empar Martínez puso sobre la mesa la creciente expansión de las instalaciones de autoconsumo, que han crecido «de forma geométrica». En Castellón, «de 34 instalaciones solares en el año 2019 hemos pasado a 1.144 a fecha de hoy», con una generación de 17 megavatios». Pese al auge, «esto no es suficiente y hay que ser capaces de agilizar y poner en marcha las solicitudes de nuevas plantas de renovables», tanto las de menor tamaño como aquellas con una potencia de más de un megavatio. 

A las fluctuaciones del sector y el reto de generar una energía más limpia que sustituya a los combustibles fósiles se une la necesidad de un número creciente de familias afectadas por la crisis y que deberán afrontar un incremento de consumo para poder calentarse. Juan Carlos Insa expresó que iniciativas como el bono social «han quedado desfasadas y hay que introducir más ayudas», como subvenciones para sustituir aparatos eléctricos por otros más eficientes y ampliar las aportaciones «no solo a los colectivos más vulnerables, sino también a la clase media que sufre por la crisis en su economía familiar».

A medio camino entre estas dos ideas, Ignasi Garcia aludió a las cooperativas energéticas, que permiten generar energía solar de modo que sus participantes «puedan marcar los precios e incluso generar trabajo», como se da en la localidad de Torre d’En Besora.

En cuanto a acciones como poner lavadoras a medianoche, Juan Carlos Insa comentó que estas medidas «pueden ayudar a ahorrar», pero es el chocolate del loro». Si se tiene una tarifa regulada «hay otros elementos a tener en cuenta como la potencia. que se suele dejar de lado», concluyó. .

El malestar en los municipios afectador por la MAT

El alcalde de Borriol, Hèctor Ramos, expuso la situación de las localidades afectadas por la línea de muy alta tensión (MAT) en el interior. Una autopista eléctrica que definió como una «cicatriz que nos afectará al territorio, y donde el impacto estético es lo menos importante», al citar que el trazado pasa por encima de núcleos habitados como el Mas de Gaetà o ùede poner en peligro la continuidad de negocios. Tanto él como Ignasi Garcia pusieron en duda la necesidad de esta infraestructura eléctrica.

Por parte de EnerHi, César Álvarez mostró su preocupación ante las afecciones que puede causar el trazado en lugares que luchan contra la despoblación, y afirmó que existe «una alternativa a la MAT», con opciones que pasan por reducir el impacto, aprovechar al máximo las líneas existentes y contar con más subestaciones.

La directora general de Energía, Empar Martínez, defendió que a la hora de hacer un macroproyecto de estas características «hay que hablar y dialogar con todos los implicados» y abogó por modificar el trazado. Aún así recordó que la MAT tiene una declaración de interés comunitario y ante asuntos como este «no podemos ponernos extremistas, porque perdemos todos».