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Un conductor llena el depósito de su automóvil de combustible. Los precios de los carburantes se han disparado por encima del 20% en Castellón.

ECONOMÍA

La luz y la gasolina disparan unos precios que en Castellón crecen el triple que los sueldos

La inflación se sitúa en la provincia en e l 4,3% y los salarios solo suben un 1,31%

Los precios marcan un complicado devenir económico para los hogares de Castellón y se han convertido en un molesto compañero de viaje de la recuperación económica. La inflación ha subido en el último año en la provincia un 4,3%, un dato inquietante si se tiene en cuenta que el incremento de los salarios no sigue, ni de lejos el mismo ritmo, con lo que amenaza con reducir la capacidad adquisitiva de las familias de Castellón. Y todo por culpa de la electricidad, el gas y los combustibles, cuya escalada parece no tener fin y que amagan con convertir el invierno en una estación muy larga para familias y empresas.

La inflación anda disparada y en Castellón todavía más. El Índice de Precios al Consumo (IPC) en España ha vuelto a subir un 0,8% en septiembre en relación al mes anterior y ha elevado su tasa interanual hasta el 4%. En la provincia, y según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la variación respecto a septiembre del año pasado es tres décimas superior y el avance mensual es del 0,9%. Unas cifras que sitúan los precios en la provincia en máximos desde el año 2008 y que minan la capacidad de compra de la mayoría de las familias. 

La cesta de la compra es ahora un 4,3% más cara que hace un año y los sueldos pactados en convenio crecen mucho menos. En Castellón, y según el Ministerio de Trabajo, se han firmado hasta septiembre 43 acuerdos laborales que afectan a algo más de 14.393 trabajadores y que contemplan un alza salarial del 1,31%. O lo que es lo mismo: los precios aumentan tres veces más que las remuneraciones de los trabajadores. Y los expertos en economía avisan: si las familias destinan cada vez más dinero a la factura de la electricidad o a hacer la compra su poder adquisitivo disminuye y también sus ahorros, algo que podría acabar frenando el consumo. 

Luz y gasolina, por las nubes

La subida de precios afecta a la mayoría de los productos que componen la cesta de la compra, pero hay algunos que se llevan la palma. Y entre todos destaca la electricidad. Un dato: durante el mes septiembre la partida de la electricidad, el gas y otros combustibles para la vivienda se disparó en la provincia un 36,6%.

Aunque la electricidad se lleve a la mala fama, el resto de energías no se quedan atrás, especialmente los carburantes. El estirón de sus precios (el barril de Brent cotiza en 80 dólares) se mantiene en un segundo plano, aunque tiene tanta culpa como la luz en la carrera de la inflación. 

A principios de este mismo año, el litro de gasolina 95 costaba en las estaciones de servicio de Castellón una media de 1,202 euros, casi un 22% menos que estos días, cuando su precio alcanza los 1,462. Con el gasóleo A ocurre exactamente lo mismo y de los 1,093 euros que valía hace nueve meses ha pasado a 1, 329. Trasladado al surtidor, eso significa que llenar un depósito de 50 litros de sin plomo 95 sale por siete euros más que en enero. Si el automóvil es de gasoil, hacer un repostaje completo cuesta 12 euros más. 

Gasolinas, luz o gas han acabado por arrastrar a otros productos como los seguros, el transporte o las bebidas cuyos precios también son más altos que hace un año. 

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