Primera RFEF

La crónica del Castellón-Melilla | Un paso más cerca del ascenso (1-0)

Un golazo de Óscar Gil en la segunda parte tumba al Melilla y acerca al Castellón al ascenso directo

El equipo de Schreuder podría subir en Murcia si el Córdoba no gana esta tarde

Los albinegros celebran un gol que deja al Castellón con pie y medio en Segunda.

Los albinegros celebran un gol que deja al Castellón con pie y medio en Segunda. / GABRIEL UTIEL

Enrique Ballester

Enrique Ballester

Un golazo de Óscar Gil en la segunda mitad acerca al Castellón al ascenso directo, que podría lograr el sábado en Murcia si el Córdoba no gana al Málaga esta tarde. El equipo de Dick Schreuder sudó para asegurar los tres puntos frente al Melilla, que se defendió con orden. El Castellón puede acariciar el 1-0 como lo que es, un tesoro: para lograrlo sobrevivió a la lesión de su pichichi, a un tiro a la madera y al séptimo penalti fallado de la temporada. Sin el brillo de antaño, el compromiso no se negocia. Jozhua Vertrouwd se jugó literalmente la cara en el descuento para despejar un centro al segundo palo que amenazaba la victoria.

De entrada y en un Castalia hasta la bandera, como se esperaba, el Castellón acaparó balón y territorio. Entre ir o esperar, el Melilla optó por esperar. El cuadro visitante, en zona de descenso, se juntó cerquita del área y se escalonó para tapar el mayor número de alturas y carriles, y lo hizo máxima atención, compromiso y esmero.

Tanto, que al Castellón se le atragantó. El merodeo albinegro anduvo durante toda la primera parte falto de colmillo y agitación. Mandaba, pero en realidad no mucho. La primera semiocasión llegó en el minuto 13 con un cabeceo de Raúl Sánchez que se marchó fuera, y el primer tiro a puerta escondía una dosis de veneno. Moyita conectó con De Miguel por dentro y éste, frente al portero, definió flojo con la diestra. Eso no fue lo peor. Lo peor fue que se lesionó.

Nikita Iosifov relevó al pichichi De Miguel en el ecuador del primer tiempo y su entrada conllevó una cadena de movimientos. Iosifov ocupó la banda izquierda, Douglas Aurélio pasó a la derecha y Raúl Sánchez avanzó a la delantera. En la práctica, el partido avanzó por un paisaje similar, con el cuadro local cada vez más cerca de la impotencia.

Además, el Melilla empezó a asomar en el área contraria. El aviso más serio lo dio el punta Siddiki, que propuso una batalla afilada con el cierre Alberto, siempre al límite de la falta y del fuera de juego. Así, en el minuto 24, Siddiki maniobró ante Chirino, se fabricó una buena posición y elevó el disparo en exceso.

No tardó el Castellón en tomar el mando, reincidiendo en los aciertos y sobre todo en los fallos. Progresaba con relativa facilidad hasta los tres cuartos, pero tropezaba una y otra vez en la parte definitiva del juego. Si no era el último pase fallaba el último control o el último remate. Por destacar un par de llegadas: Óscar Gil chutó alto tras un pase de Iosifov desde la izquierda, en el minuto 28; y el ruso no halló rematador en un centro raso que parecía claro, en el 41.

Con la tensión en aumento el partido llegó al descanso.

El Castellón, que durante toda la temporada ha ido superando escollos de lo más variado, se enfrentaba a una problemática infrecuente. Un rival que se le cierra en Castalia y que aguanta sin encajar el suficiente tiempo para sembrar la inquietud en la grada y en el césped. Un partido de esos que se atraganta y hay que masticarlo. Y todo en una jornada de esas que se llaman clave, y que pesan mucho en el destino final del campeonato.

De vuelta al terreno de juego, el Castellón siguió volcando el ataque por la izquierda, el flanco de Iosifov. El ruso carece de finura en el área, pero es innegable su insistencia. Una y otra vez, encaró, desbordó y falló en el pase, pero de tanto hundir al Melilla hubo recompensa. En el minuto 58, Óscar Gil cazó un despeje en la frontal del área y clavó la pelota en la escuadra.

El 1-0 iluminó los focos sobre el rostro de un jugador que suele vivir en la sombra. Si es verdad que el fútbol debe cosas, quizá debía a Óscar Gil este tipo de reconocimiento. Siempre asoma en las alturas de las estadísticas de recuperaciones. Siempre está en el césped pensando cómo ayudar al colectivo. Este domingo los elogios llevarán con justicia su nombre.

El gol de Óscar Gil allanó el camino a la victoria, pero no lo culminó. El Castellón no encontró el segundo pese a acumular ocasiones. Alberto lo rozó en dos saques de esquina, el poste se lo negó a Moyita y el portero repelió un zurdazo de Raúl Sánchez. Por si faltaba algo, Calavera anduvo listo para forzar un penalti. La grada coreó el nombre del portero Gonzalo, proponiéndolo como lanzador contra el desastre, pero finalmente lo lanzó Douglas, lo paró el portero y la cifra de penaltis fallados creció a siete. Uno de ocho, no esperen que se lo explique.

El mínimo resultado obligó a contener la respiración hasta el pitido final del árbitro. El Melilla se estiró en la prolongación, pero el Castellón cogió el triunfo y lo agarró fuerte. El albinegrismo festejó y al salir, miró de reojo la fuente. 

Ficha técnica

CASTELLÓN: Gonzalo, Chirino, Alberto, Jozhua Vertrouwd, Óscar Gil, Moyita (Punzano, min. 87), Villahermosa, Raúl Sánchez (Manu Sánchez, min. 87), Douglas Aurélio (Kastaneer, min. 87), Medunjanin (Calavera, min. 74) y De Miguel (Iosifov, min. 24).

MELILLA: Salcedo, Loren, Rodríguez, Caro, Koffi (Álex Macías, min. 80), Yuste, Suárez (González, min. 64), Juanjo Mateo (Kavtaradze, min. 54), Selasi, Morillo (Alassan, min. 80) y Siddiki.

GOLES: 1-0. Min. 58: Óscar Gil.

ÁRBITRO: Godia Solé, del comité catalán.  

TARJETAS: Amonestó a los locales Punzano y Douglas Aurélio; y a los visitantes Siddiki.

ESTADIO: Castalia. 12.926 espectadores.

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